31 | ¿lo amas?

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Vegetta recobro la compostura, secó algunas lágrimas que habían salido de sus ojos y camino firme y lento hacia Foolish, bastante amenazante. 

- ¿No crees que es un poco avaricioso creer que te perdonare tan pronto? Foolish te entregué mi confianza, mi corazón, ¿y que haces tú? A la primera oportunidad venir a verte con un... ¿pescador?

- Él ha sido el único que me ha apoyado, ¡porque tú solamente me dejaste de lado por Alex!

- Foolish, el día que te enojaste conmigo por él, ordené que regresara a su reino, él no está en el castillo desde esa noche, lo sabrías si me hubieras dejado verte al menos una vez...

- Yo, no... lo sabía.

- ¡Por supuesto que no lo sabias! Vienes y pasas las noches aquí y yo por mientras estoy arreglando asuntos de mi reino, sé que no te importan, pero todos y cada uno de los días que han pasado intenté acercarme a ti... -Vegetta sacó una pequeña cajita de uno de sus bolsillos, esta contenía un anillo de esmeraldas y diamantes- supongo que ya no necesitare de esto...

- Vegetta...

- Pensaba proponerte matrimonio como te lo había prometido en un inicio... pero dudo que ya lo quieras ahora.

- No no no, yo solo... pensaba que me cambiarias por Alex.

- Foolish, yo jamás, JAMÁS, cambiaria a mi primer amor, en verdad te lo digo, si todas las personas del mundo pudiesen estar a mis pies, no me darían ni una pisca de la felicidad que tú me has dado, hasta ahora... solo te tengo una pregunta, tú... ¿lo amas? ¿estas enamorado de Osvaldo?

- ¡No! Por supuesto que no -contestó Foolish sin titubear- solo... me gustaba pasar tiempo con él... perdóname Vegetta, no volverá a suceder -Foolish se abalanzó a abrazar a Vegetta.

- No hagas eso -lo apartó rápidamente- ojalá solo se tratara de perdonarte, y permitirte quedarte en el palacio... si ese es tu deseo, mi palacio y mi perdón son tuyos, pero lo que realmente me entristece, lo que me ahoga en pena, no es eso... no es lo que hiciste Foolish, sino el hecho... de que nunca, podré confiar en ti otra vez... ¡Nunca!

Vegetta salió devastado de aquella habitación, fue directamente a la suya y cerró de un golpe la puerta, no podía creerlo, no podía creer que en verdad su amor le hiciese eso, aquello era considerado una traición en su reino, quizás no lo amaba, pero aquello se prestaba a interpretar bastantes cosas, al día siguiente fue a visitar a Mariana al calabozo.

- Y bien... ¿Qué tienes que decir al respecto Osvaldo?

- Señor, no sé... que hago aquí.

- Te hare una pregunta, solo tienes una oportunidad de responder, quiero la verdad y nada más que la verdad, ¿Qué han hecho tú y Foolish cada noche que se ven?

- Charlar... solo eso su majestad, no hemos hecho más que hablar.

- ¿Estás seguro?

- Si señor...

- Aunque haya sido así, sabes que esas cosas no están bien...

- Lo sé mi señor, pido su perdón, de corazón le digo que no medí las consecuencias de mis actos.

- ¿Sabes cual es el precio a pagar por esto?

- Si... y estoy dispuesto a pagarlo...

- Osvaldo, el precio es la muerte... pero, no puedo hacerlo, hiciste a Noah feliz... yo... te perdono la vida Osvaldo, puedes ir a tu hogar, has sanado lo suficiente como para poder salir de aquí...

- Pero señor... ayer su madre...

- ¿Mi madre vino aquí? Bien, no sé lo que te haya dicho, pero el día de mañana yo seré rey, ella ya no tiene la facultad de dar ordenes aquí, eres libre, vete.

Abrieron la puerta del calabozo y Mariana fue llevado a las puertas del palacio, Vegetta se dirigió hasta la habitación de su madre pues deseaba hablar con ella.

Narra Foolish:

Me sentía bastante mal por haber traicionado la confianza de Vegetta, el saber que por mí había hecho que Alex regresara a su reino, decidí caminar por el jardín, despejarme, me sentía terriblemente mal, de pronto escuche una voz.

- ¡Foolish!

Escrito en las estrellas|FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora