38 | No será la única

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- Atrapados, cual criminales -dijo Willy recargado en una de las paredes del calabozo.

- Ve el lado amable Willy... al menos está limpio -comentó Vegetta mirando sus alrededores.

- Por lo menos no nos ejecutaron -agregó Roier.

- ¡Exacto! Pudo ser mucho peor, piénsenlo un poco... oye Maximus, llevas rato mirando por la ventana, ¿Qué ves la luna? -preguntó curioso Vegetta.

- Tú eres consciente de que en estas tierras no tenemos poder alguno, y que quizás, el rey nos tenga algo, sino es que mucho... odio, ¿cierto?

- Soy consciente de ello Maximus, pero... intentaré hacer algo.

A la mañana siguiente Foolish fue con su padre a primera hora del día para comunicarle que había decidió aceptar el trono, su padre emocionado comenzó a organizar su coronación, sería esa misma tarde, no tenía porque esperar a realizarla.

Debido a todo aquello, el rey había olvidado por completo a Vegetta y los demás que se encontraban en el calabozo. Por lo que no recordó en lo absoluto que tenía que ir allí para juzgarlos.

- ¡Todo está listo hijo mío! Te están esperando para comenzar la coronación, ¿tú estás listo?

- Creo que lo estoy, solo... quisiera que Vegetta estuviese conmigo.

- Entiendo hijo, esperemos llegue al menos durante la coronación.

En ese momento el rey recordó a la gente que había sido capturada por sus guardias, tenía un extraño presentimiento de que quizás debería ir a verlos antes de la coronación, así que esto mismo hizo, bajo hasta el calabozo en donde se encontraban los chicos y se acercó a los barrotes que separaban a aquellos de la libertad.

- Y bien, díganme, ¿Qué hacen en nuestro territorio? -preguntó el rey en un tono serio y calmado.

Todos se levantaron al escucharlo, estaban un poco en penumbras por lo que no podía el rey verles las caras con claridad.

- Sentimos haber entrado a su territorio señor, vinimos aquí huyendo de Karmaland.

El rey al escuchar aquella voz se le hizo bastante conocida, pero ¿de dónde? O ¿de qué?

- El que habló, ven a la luz -ordenó autoritariamente.

Vegetta caminó lentamente y al estar a la luz, claramente le provoco un poco de incomodidad tras estar bastante tiempo en penumbras, en cuanto pudo acostumbrarse levantó la mirada y miró directamente a los ojos al rey.

- ¿Qué no sabes que es una falta de respeto mirar al rey a los ojos?... espera, esos ojos los conozco... ¿Vegetta?

- Cuanto tiempo rey Conrad...

- Pero ¿qué haces aquí?

- Cómo le explico esto... renuncié a mi corona, y bueno, vine a su reino en busca de Foolish, pero los soldados nos capturaron apenas tocar tierra.

- ¿Qué hiciste qué? ¿por qué hiciste eso?

- Bueno... mi madre no ha estado de acuerdo con mi matrimonio... oh cierto, ¿si sabe que me casé con su hijo? -preguntó avergonzado.

- Me lo ha contado apenas llegar, no te preocupes -respondió el rey con una gran sonrisa.

- Oh bueno, como le decía, no aceptaba nuestro matrimonio, entonces decidí renunciar a mi titulo para poder estar con él.

- Parece que después de años en verdad te enamoraste de él ¿cierto?

- Esta en todo lo correcto señor.

-Bien, tú y tus amigos vengan. ¡Guardias! Abran las puertas.

- Mil gracias rey Conrad.

- De nada, después de todo ahora eres mi hijo -respondió para después dedicarle una sonrisa a Vegetta- por cierto, en unos minutos se llevará a cabo la coronación de Foolish, como su esposo pues... también debes ser coronado, pero recuerda que debes recitar un juramento, ¿lo recuerdas?

- Practique para ello toda mi vida señor, no se preocupe por ello.

Llegaron al lugar donde se realizaría la ceremonia, y después de que esta se llevara a cabo, el ahora antiguo rey decidió hablar a todos los presentes.

- Bien, agradezco mucho su asistencia a esta la coronación de mi hijo, pero no será la única coronación que tendremos el día de hoy.

Escrito en las estrellas|FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora