(FANFIC DE TERROR)
Un carnicero, con trastorno de identidad disociativo, se obsesiona con un profesor de secundaria con presuntas tendencias caníbales.
▪︎Historia originalmente publicada en marzo de 2019. NO apoyen el PDF de la antigua versión de es...
No olvides apoyar el duro regreso de esta historia y desearle una vida larga en esta plataforma. 😿💘
⚠️: ESTE CAPÍTULO TIENE CONTENIDO SEXUAL VIOLENTO.
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PRIMERA PARTE:
Customer Corpse.
Nuevamente, estoy aquí, contigo.
Parece un sueño; uno que se repite todos los días, como si fuera un bucle infinito. A veces pienso que es así, ¿sabes? Quiero creer que lo es, porque cada vez que cierro los ojos, ese momento se reproduce constantemente.
Puedo ver tus ojos, tus labios curvándose ligeramente y puedo oler el aroma de tu perfume. Era caro, lo sé, mi memoria recuerda bastante bien. Pasé, una vez, por una perfumería y lo olí. Entré, lo encontré y lo compré. Me dejé casi todo el sueldo de un mes por él, pero valió la pena porque mi casa había comenzado a oler a ti, Jimin.
Entraste a ese repugnante sitio con la misma sonrisa de siempre, tan amable y encantador. Trajiste un atuendo monocromático, a diferencia de la semana pasada, que viniste con ese suéter rojo y esos pantalones marrones que te quedaban tan bien. Habías venido de negro y todo te quedaba estupendo; tan elegante y limpio. Solía preguntarme, constantemente, cuando no estabas, ¿por qué vienes a un sitio como este siendo quién y cómo eres tú? Aquel lugar; todo cuanto le rodeaba, era tan violento y sangriento para ti. Con esos zapatos tan caros, no parecías alguien que frecuentase lugares como ese, ni siquiera los mercados ni los puestos de pescadería callejeros de Busan, de donde sabía que eras.
Oh, sí, te he investigado.
- Bienvenido, buenos días. ¿Lo mismo de siempre? - te pregunté.
- Sí, por favor. Aunque, esta vez preferiría que fueran dos kilos, en vez de quinientos gramos, ¿podría ser?
- Por supuesto, sin problema.
Tomé los trozos de carne de la nevera expositora y me viste hacerlo. Me volteé para trocear el cadáver de aquel cerdo mientras tú observabas a tu alrededor. Oí que tomabas unas bolsas de patatas fritas y también me percaté de que abriste la nevera para tomar un par de bebidas que luego colocaste sobre el mostrador.
Escuché la notificación que llegó a tu móvil y el sonido de desbloqueo. Tu respiración era normal, también lo fue tu expresión. Quizás era una notificación sin importancia, pero guardaste el móvil tan rápido que no pude fijarme qué red social habías abierto.
- Me he excedido dos gramos, ¿le importa?
- Son dos gramos, no pasa nada - respondiste con una sonrisa.
Vaya, pensé, tu piel es perfecta. Luce tan suave, hidratada y sin ningún tipo de mancha, ¿llevas maquillaje, quizás? Tampoco me sorprendería, porque si tuviera que juzgarte por tu apariencia, serías exactamente el estereotipo de personas que son como tú.
