Cuando desperté y no me encontraba en mi habitación, te busqué por todas partes, pero el cuarto se me hacía extraño; desconocido y no te encontré.
Aunque sabía que algo malo había pasado entre tú y yo, no podía recordar el qué. El golpe con el bate en la sien y el hecho de haber encontrado a Chaeyoung muerta en tu congelador se sentía ajeno a mí y, por consiguiente, sentía una sensación de paz inexplicable.
Me levanté de la cama, avancé hacia un pasillo que tampoco conocía y salí al exterior. Lejos de la casa, estaba alguien sentado de espaldas. Todo lo que había alrededor era vegetación; campo, y soplaba una suave brisa tranquilizadora.
Aquella persona tenía el cabello negro como tú y como yo, pero no eras tú. No era tu espalda, tu nuca, ni tampoco era tu corte de pelo. Cuando me acerqué, dudé un poco en tocarle el hombro para poder verle la cara, sin embargo, no hizo falta porque reconocí su voz cuando me habló.
— Todavía te culpas, ¿verdad? — su timbre de voz sonaba a la mía, aunque su manera de hablar era ligeramente distinta. Se giró lentamente y vi mis ojos, mi boca, mi nariz en él. Era como un espejo, salvo que él había sido de carne y hueso alguna vez.
— ¿Qué? — le pregunté a Yoongyu.
Yoongyu era mi hermano gemelo y estaba muerto, o eso recordaba. Había sido asesinado por la policía una noche fría en el puente del Río Han, mientras me utilizaba como rehén y escudo para poder huir.
— Sobre el accidente. Todavía te sientes culpable, aunque no ha sido tu culpa.
Tragué saliva sintiéndome preocupado. Pronunció mi nombre, pero no le oí. Me llamó por él un par de veces, sin embargo, era como si su voz desapareciera cuando me llamaba.
— Nana...
— Sabes que no estoy hablando de Nayoon — me interrumpió al instante, pero luego me sonrió cálidamente y me tendió la mano, antes de que la tomara, de su pecho comenzó a brotar sangre por ciertos orificios.
— ¡Hyung! — me alteré, las lágrimas se me acumularon en los ojos, pero él se levantó y me dio un abrazo.
— Yoongyu.
Aquella era tu voz. Resonó como un eco tenebroso que se robó toda la vida de aquel prado, cuando mi hermano se separó de mí, su cuerpo se volvió esqueleto y después ceniza. Me volteé para verte, detrás de ti se formaban nubes de tormenta mientras el viento, violento y frío, comenzaba a soplar.
Me quedé de piedra, pero conseguí cuestionarte: — ¿Cómo sabes ese nombre?
Tú sonreías.
— Te culpas a ti mismo, ¿verdad? — me preguntaste lo mismo que Yoongyu, pero no contesté; estaba muy confundido — Bueno, es normal. Después de todo, tú les has llevado hacia la muerte.
Entonces, oí algo. Era el sonido de una grotesca masticación. Me volví hacia atrás y te vi arrodillado delante del cuerpo de Sin Nombre. Le comías los intestinos.
Él estaba muerto, pero no era el único, cada uno de nosotros estaba tendido en el suelo abiertos en canal y devorados. Nana, Haru, Happy y Sin Nombre.
Tú comías como una bestia. Te envolvía el olor a putrefacción, pero seguías escarbando dentro del cadáver. Parecías un animal cegado por el hambre voraz y me pareció que tus ojos brillaron por un momento.
Masticabas salvajemente con unos dientes inhumanos y yo me quedé congelado ante lo que estaba viendo. Entonces, algo atravesó mi pecho y cuando bajé la vista, encontré mi corazón latiendo en tu mano que se retiraba hacia atrás por el mismo agujero que me habías hecho y cuando sacaste tu mano de mi herida, caí al suelo, pero aún estaba vivo y te vi darle un mordisco a mi corazón.
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AC (+18)
Misterio / Suspenso(FANFIC DE TERROR) Un carnicero, con trastorno de identidad disociativo, se obsesiona con un profesor de secundaria con presuntas tendencias caníbales. ▪︎Historia originalmente publicada en marzo de 2019. NO apoyen el PDF de la antigua versión de es...