𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 26

433 41 8
                                    

JAVIER

La sangre me ardía, el recuerdo de ellos dos en Washington volvió a recorrerme. ¿No había más hombres en el mundo que tenían que ser ellos dos? Joder. No, no eran celos, la noche anterior había sido increíble, y pensaba que lo había sido para ella también. ¿Por qué hacía esto ahora? ¿Era por la mujer que había venido a mi despacho? Sólo era una informante más, no podía ser rudo con ella, o no me daría la información que necesitaba.

Ella había actuado así por celos, pero ¿Yo? ¿Celoso? No, no era posible, yo no me ponía celoso. Sólo fue una buena noche de sexo con mi mejor amiga, nada más. Una noche que no me importaría volver a repetir, pero eso era todo.

Descargaba mi furia contra las teclas del ordenador, haciendo que el sonido de éstas impregnase toda la habitación.

- Si piensas asesinar el teclado, hay formas más rápidas -. Murphy estaba en mi puerta. Le miré de soslayo, pero lo ignoré casi al instante, volviendo a mi tarea. – Vamos, algo no va bien, tenemos que irnos -.

Bien, no es que me gustasen los problemas, pero era justo lo que necesitaba para distraerme y para volcar mi rabia en algo que no fuesen las teclas del ordenador.

Salí de allí apresuradamente, seguido de cerca por Steve, quién parecía divertirse al verme así. No, no era gracioso, y como siguiese así, iba a terminar estrellándole el puño en su bonita cara.

Conduje en silencio, apretando el volante con una mano y frotándome la frente con la otra, estaba de mal humor, pero tampoco tenía intención de ocultarlo. Murphy no perdía la sonrisa, y yo estaba demasiado frustrado como para quedarme callado.

- Eres un capullo ¿Lo sabías? -. Debió de parecerle más gracioso aún, porque soltó una sonora carcajada – No le encuentro la jodida gracia -.

- ¿Es que no te das cuenta? -. Había parado de reír, por suerte para él, porque a punto había estado de abrir la puerta y sacarle del coche en mitad de la carretera.

- ¿De qué se supone que me tengo que dar cuenta? -. No estaba para acertijos.

- De que lo ha hecho para darte celos... Y por lo que veo, ha funcionado -. Le miré de reojo, frunciendo el ceño.

- No estoy celoso, pero no entiendo por qué tú y ella... ¿No hay más gente en toda la jodida ciudad? -. Resoplé a modo de queja.

- Javi, eso son celos, aunque quieras ocultarlo, es así -. Volvió a repetir.

- No Murphy. No son celos, ella es mi amiga, mi mejor amiga -. Enfaticé en esto último, obviando el pequeño detalle de que nos habíamos acostado la noche anterior – Y nada más. Pero esto que tenéis... Vamos Murphy ¿En serio? ¿Tú no querías recuperar a tu mujer? -. Quise desviar el tema.

- Bueno, si no son celos, no te importará que la invite a salir ¿No? -. Otra vez esa estúpida sonrisa en su cara – Mi mujer no quiere saber nada de mí, y por lo poco que he podido conocer a Helena, es una chica divertida, inteligente, simpática y muy guapa... Si sólo es tu amiga, ¿Qué mejor que dejar que tu otro mejor amigo la cuide? -.

No estaba en serio, no podía estarlo... ¿Una cita? ¿Steve quería pedir a Helena una cita? Está bien, ella no aceptaría, estaba enamorada de mí, seguro que ignorará a Steve como ignoraría a cualquiera que se le acercase.

- Está bien, pídele una cita, no me importa -. Fingí. Claro que me importaba, pero no sabía por qué. Siempre me había importado poco lo que hacían las chicas con las que me acostaba. Una noche conmigo y después hasta otra, no me importaba su vida. Pero esta vez la sangre me hervía al imaginarme una cita entre ellos dos con caricias, besos... Sacudí mi cabeza para intentar borrar esa imagen.

Crossed Paths - [Javier Peña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora