𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 13

443 45 8
                                    

HELENA

Dejé las maletas a un lado, sacando solamente el pijama, pues al fin y al cabo, si Javi estaba en lo cierto, no estaría mucho allí, así que cuanto menos desordene el equipaje, menos tiempo tardaré en recogerlo todo de nuevo.

Una vez me puse cómoda en la cama, me senté junto a la mesilla, dónde estaba el enchufe con el que cargaría el teléfono. No lo había mirado en toda la noche, y como yo esperaba, tanto Mía como mi madre estaban preocupadas.

Helena: He estado con Javi, cuando hablemos te cuento mejor, pero estoy bien, mi primer día ha ido genial.

Fue un mensaje bastante genérico, pero estaba bastante cansada, y sólo quería irme a dormir. Mandé a ambas el mismo mensaje y dejé el teléfono en la mesilla.

Era demasiado tarde y solo pensaba en dormir, demasiadas emociones por un día... Me levanté para salir a por un poco de agua y dar las buenas noches a Javi, no quería ser maleducada en su propia casa.

Abrí la puerta y mi cuerpo se quedó paralizado, por completo. Mi mente estaba tan acelerada que bien podría haber salido corriendo, pero mi cuerpo opinaba lo contrario, dejándome clavada en mitad del pasillo, con cara de boba.

- ¡Joder...! -. Exclamé. No pensé lo que dije, salió de mi boca de forma automática, como si no fuese yo quién controlaba lo que decía o hacía.

Javier se había dado una ducha, y estaba en el pasillo mirándome, sólo cubierto por una toalla alrededor de su cintura, con el pelo mojado y revuelto, pegado a la frente, y las gotas de agua cayendo por su pecho duro y bronceado. La garganta se me secó ante aquella visión, la cual no pude evitar observar de arriba abajo. Poco a poco volví a tener el control sobre lo que decía o hacía, mientras él sonreía divertido, seguro acostumbrado a esa misma reacción en otras chicas.

- Javi... Lo siento... La próxima avísame y me hubiese esperado en la habitación -. No es que me hubiese arrepentido, pero no quería hacerlo sentir incómodo en su propia casa.

- También puedo avisarte para que entres a la ducha conmigo -. Vi en su cara que estaba bromeando, pero no pude evitar sonrojarme de solo imaginarme esa escena en mi cabeza.

Pero está bien, si ese era su juego, era algo a lo que todos podíamos jugar.

- No digas algo que no puedas cumplir -. Me acerqué lentamente a él, pasándole el dedo por el pecho mientras lo decía. Su rostro cambió por completo, se oscureció, mientras sus ojos se clavaban fijos en los míos.

Me di la vuelta antes de que pudiese decir nada más, notando como me quemaba el contacto de mi dedo con su pecho. Caminé hasta la cocina sintiendo su mirada en mi espalda, no se movía, no decía nada, sólo observaba.

Y de nuevo había dejado claro que ya no era la misma de antes, que no era sólo él quién había cambiado. La timidez no había desaparecido, pero de la inocencia que él conocía no quedaba nada.

Bebí un buen trago de agua fría y llené un vaso para llevarlo a mi habitación, y al volver a tener visión del pasillo, vi que Javi aún no se había movido. Permanecía con el hombro apoyado en el marco de la pared de la habitación de invitados, en la que yo pasaría la noche.

Mantuve la mirada fija en la suya, por mucho que me sonrojara, no aparté la mirada ni un segundo. Me acerqué despacio, esperando a que dijese algo, cualquier cosa, pero parecía querer hablar sólo con los ojos.

- Buenas noches Javi -. Dije al llegar a su altura, viendo que él no tenía intención de no decir nada. Posé un beso en su mejilla, y entré a la habitación cerrando la puerta detrás de mí.

Crossed Paths - [Javier Peña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora