𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 23

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HELENA

Si había algo mejor que quedarme encerrada en las oficinas de la DEA, era saber que estaba en el punto de mira de los narcos más importantes de la cuidad, y no tenía como salir de allí. En ese momento, todas las películas policíacas que había visto a lo largo de mi vida vinieron a mi mente, aquellas en las que casualmente terminabas encerrada en un lugar aparentemente a salvo, donde nadie podía entrar, pero siempre había alguna forma, y las posibilidades de terminar con un tiro entre ceja y ceja eran muy altas.

La parte buena era que Javi estaba allí conmigo, y si algo pasaba, no estaba completamente indefensa, aunque yo era inútil en caso de ataque, y dudo que Javi pudiese hacer mucho frente a un grupo de narcos armados.

- Bill, el de seguridad, debió pensar que no había nadie aquí, y habrá ido a por un café. Siempre lo hace cuando ya no hay nadie aquí, por eso está cerrado desde fuera -. Parecía haberme leído el pensamiento.

Su explicación tenía bastante sentido, a pesar de que yo estaba intranquila. Las posibilidades de que atacasen a un agente de la DEA en sus propias oficinas eran casi nulas, pero nada era imposible.

Giré sobre mis talones para retirarme de la puerta, y vi que Javi estaba sentado en una de las sillas tras el mostrador dónde trabajaban las recepcionistas.

- No entiendo qué te hace tanta gracia -. Javi sonreía mientras me veía caminar inquieta por la sala.

- Deberías dejar de ver tantas películas policíacas -. A veces me asustaba lo bien que podía llegar a conocerme, a leerme, como si fuese un libro abierto.

Hice un gesto con la boca, mostrando indignación, dándole a entender que llevaba razón, que me había leído a la perfección.

Su expresión divertida seguía cada paso que daba, al menos alguien se lo estaba pasando bien.

- ¿Puedo preguntarte una cosa? -. Le miré, y su expresión había cambiado por completo, la duda y su ceño fruncido estaban presentes.

- Ya lo has hecho -. Bromeé, ignorando el cambio en el ambiente. La tensión se había vuelto casi palpable, su mirada se había oscurecido y los músculos de sus hombros se habían tensado.

Todo esto me hizo volver a ponerme alerta. Había pasado una buena tarde con Mía, habíamos hablado sobre lo que pasó anoche, pero evité hablar sobre el hecho de que ser amiga de Javi me había convertido en un blanco para cártel, era una preocupación innecesaria para ella, yo estaba bien, Javi y Steve se encargarían de protegerme, todo estaría bien, tendría que estarlo.

- Puedes... ¿Acercarte? -. ¿Eso era timidez? ¿Javier siendo tímido? Esto era nuevo para mí, la curiosidad me picó, aunque me acerqué despacio, mirándole con una fingida preocupación.

Me senté en la silla que quedaba justo a su lado. Ambos estábamos casi ocultos por el mostrador, generando una sensación de falsa privacidad, pues las puertas que daban a la calle eran de cristal, haciendo que cualquiera que pasase por allí y prestase un poco de atención, podría vernos.

- ¿Es sobre el que entró a mi casa anoche? -. Pregunté viendo que él no era capaz de comenzar a hablar.

- No -. Negó rotundamente – Esa persona está detenida, y va a pasar una muy larga temporada a la sombra, ya sabes, eso de disparar a un agente de la DEA le complica bastante las cosas -. Bien, cuanto más tiempo pasase entre rejas, mejor.

- ¿Entonces...? -. La curiosidad me estaba matando.

- Ayer... -. Tomó aire y lo soltó, muy despacio – Ayer, cuando hablamos en la terraza... -. Me miró para ver mi reacción al hacerme recordar aquello, pero yo no cambié la expresión – Sé que te hice mucho daño, tenías todo el derecho del mundo a enfadarte, a no querer volver a dirigirme la palabra, en cambio te comportas como si nada hubiese pasado.. ¿Por qué? -.

Crossed Paths - [Javier Peña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora