𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 15

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HELENA

Las siguientes semanas pasaron bastante rápido. Javi me había ayudado a instalarme por completo en mi nuevo piso, por fin volvía a tener un espacio para mí. Aunque me encantaba pasar tiempo con él, a veces necesitaba un tiempo a solas. Mi nuevo hogar era perfecto, no era demasiado grande, cerca de la playa, y él era mi vecino. ¿Qué más podía pedir?

En el trabajo, Javi y Steve investigaron la dirección que estaba en los archivos, resultando más interesante de lo que nadie pensábamos. Se trataba de la residencia principal de Marco García, por lo que inmediatamente comenzaron las operaciones de vigilancia del lugar. Si bien es cierto que no se habían encontrado con mucho movimiento, salvo los guardias armados que vigilaban la entrada de la finca, pudieron averiguar que era uno de los peces gordos, estando casi seguros de que era el segundo al mando.

La parte negativa de todo esto era que, a pesar de haber encontrado su nombre en los archivos, no tenían fuerza suficiente para emitir una orden de registro. Parecía ser una persona con bastante influencia, por lo que serían necesarias más pruebas para llegar a conseguirla. Lo que traía a Javi de cabeza.

Para él, era más que suficiente para entrar en su casa y levantar hasta la última baldosa, pero la justicia a veces necesita tiempo, incluso demasiado. Yo intentaba proponerle planes para que se distrajese de la frustración que sentía día tras día por ello, tener su localización y tener que dejar que siga traficando le consumía por dentro. La mayoría de los días los aceptaba, y pasábamos la noche juntos, riendo, charlando, ya fuese viendo una película o simplemente cenando juntos. Sin embargo, había veces que lo rechazaba sin darme ninguna explicación. Yo tampoco se la pedía, pero creía saber de qué se trataba. La imagen que toda la oficina tenía de él era de un capullo mujeriego, la parte de capullo había podido apreciarla en persona cuando hablaba con alguno de los agentes de la oficina, sin embargo, la parte de mujeriego la mantenía en secreto, o al menos para mí.

Y yo también lo prefería así. Por mucho que imaginase lo que estaba haciendo, si él no me lo confirmaba, sentía como la venda de mis ojos seguía en su sitio, y mi corazón seguía intacto.

El calor ya se había instalado en la ciudad, lo que indicaba que era el momento de la barbacoa de la agencia. Emma me comentó que todos los años, cuando llega el verano, alquilan una pequeña finca, y hacen una barbacoa a la que acude todo el personal. De acuerdo con sus palabras, esto sirve para unir lazos entre los compañeros, y relajarnos un poco fuera de la oficina. Yo acepté de inmediato, nunca decía que no a una fiesta, y esta no iba a ser la primera vez.

- ¿Irás a la fiesta? -. No había visto a Javi en los últimos días, se pasaba las horas cerca de la casa de Marco, intentando averiguar algo más, algo que le permita seguir adelante con la investigación.

- No lo creo -. Su tono era seco, demasiado serio.

- Javi, no seas muermo -. Intenté bromear con él, pero rápidamente me di cuenta de que no había sido una buena idea.

- Helena, si sólo me has llamado para esto, no tengo tiempo -.

- ¡No cuelgues! -. Me apresuré a decir – Te he llamado porque estoy preocupada por ti. Llevo varios días sin verte, y estoy segura de que apenas estás descansando. Necesitas desconectar, y creo que esta fiesta es una buena idea... La casa de Marco seguirá allí el día siguiente -. Escuché sus suspiros al otro lado del teléfono. Él sabía que yo llevaba razón, aunque no quisiese admitirlo – Además, no tengo acompañante -. Dije para relajar el ambiente.

- Joder Helena -. Se quejó – Si accedo a ir contigo, ¿Me dejarás tranquilo? -.

- Por el momento, si -. Dije satisfecha.

Crossed Paths - [Javier Peña]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora