¿Cómo había sido capaz de llegar hasta ahí?. Aquella era la principal pregunta que tenía en esos momentos, donde por cosas de la vida se había de encontrar sentado dentro de uno de los lujosos autos pertenecientes a la familia Shinazuwaga, o para especificarlo un poco más; se encontraba entre uno de los lujos autos que le pertenecían a Shinazuwaga Sanemi.
Realmente no comprendía como había terminado de aquella manera, pues apenas recordaba haber puesto un pie fuera del instituto cuando aquel lujoso auto negro le esperaba justo en enfrente, con dos amables hombres vestidos con trajes hechos a la medida de color negro, mismos que con una agradable bienvenida le habían pedido ━casi exigido━ entrar al auto, luego de haberle informado que el Señor Shinazuwaga le había mandado a buscar. Y no comprendía qué razón había detrás, él tenía ninguna responsabilidad con aquel hombre que le obligase a ir hacia él cada que se le diese la gana, más sin embargo no había tenido otra opción además de ingresar al auto, cuando aquellos hombres le miraron de tal manera que pudo sentir como era enterrado vivo en menos de un mísero segundo.
Y gracias a eso, estaba ahí en esos momentos. Apretando fuertemente el borde de su blanquecina camisa mientras él auto se estaciona frente a una gran empresa tapicería, obligándolo a bajar junto con el dúo de hombres que le observaban con mucha molestia ━como si les hubiese cagado la tarde━, y les obligaba a entrar a la empresa.
Aquel sitio era grande, lujoso y llamativo. Estaba decorado de una acogedora manera que daba un buen aire de confort y seguridad a los clientes que estaban de un lado a otro, mismos que probaban alegres los productos que seguramente terminaron comprando pues sus rostros al acostarse en alguna cama o sentarse en algún sofá era de satisfacción pura, no obstante él no se sentía de la misma manera; estaba siendo llevado en contra de su voluntad ante el hombre que provocaba tanta santa mierda en su cuerpo, su mente y en él. Nada nuevo, ¿no?.
Los dos gorilas que caminaban a su lado habían decidido ingresar en un pequeño elevador, pulsando el cuarto piso de aquel edificio y esperando silenciosamente a que el elevador subiera y abrieras sus puertas otra vez, cosa que pasó unos cuarenta segundos más tarde y los tres salieron, encontrándose con un extenso pasillo y con bonita puerta de caoba al final.
Uno de los hombres que le acompaña se apartó y tocó brevemente aquella misma puerta antes de ingresar al lugar, Giyuu fue capaz de escuchar como informaba de su llegada y como, dentro de aquella misma oficina, alguien le preguntaba al otro si esperaba visitas.
No paso más que unos simples segundos para que una extraña figura saliera de la oficina seguido de uno de los hombres que le había traído aquel lugar, el recién salido le miró de arriba abajo con una breve seriedad antes de simplemente chasquear los dedos y que los hombres que le habían traído le siguiesen en silencio. Giyuu no supo que hacer y se quedó parado en silencio observando el elevador al que habían subido los tres hombres.
━━Sanemi es alguien ocupado, no le hagas perder el tiempo y entra a la maldita oficina. ━━exclamó, con mucha amabilidad en su voz, el hombre de heterocromaticos ojos mientras las puertas se cerraban.
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𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 「SaneGiyuu」
Fanfiction𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 | Porque él era un ángel que cayó bajo los encantos de un cruel demonio. Donde Tomioka es un omega recesivo que se ...