Sanemi tenía bien en cuenta cuáles eran las intenciones de Kanae al enviar a Tadeo con él después de tantos años, en los cuales aquel niño solo lo había visto en persona una o dos veces.
Él le proporcionaba absolutamente todo; dinero, regalos caros, caprichos y hasta cumpleaños que siquiera el hijo del presidente podría costearse. Y todo con la única condición de no tener que estar presente en su vida más que económicamente, pues para él en ningún momento fue buena idea traerlo al mundo.
¿Como tener un hijo llevando una vida tan mierda?
Su trabajo era demasiado peligroso. Un niño en su vida solo implicaba aún más responsabilidad de las que tenía, aún más peligro del que corría, y aún más desventajas a la vista. Había que tener bien en cuenta que no importaba si era un inocente niño, a sus enemigos le valía lo mismo que sus vidas; nada. Lo matarían al instante.
Debido a eso, prefirió apartarse.
Tadeo, a pesar de decir que era un Shinazuwaga, siquiera portaba su apellido.
──¿Giyuu te abofeteo...? ──cuestiono Obanai desde el otro lado del escritorio, con una expresión burlona y una ansias de reírse que eran casi indescriptibles.
──Sigue burlandote y me encargaré de que no uses tu pene durante más de una semana ──amenazó.
──Mejor... más de una semana solo de vacaciones, porque con el pene roto no pienso trabajar ──murmuró con notable burla en su voz.
Sanemi soltó un suspiro cargado de frustración. Estaba lleno de trabajo estresante, rodeado de personas peligrosas que amenazaban más que su propia vida, una situación media complicada en casa y tenía a un Obanai que parecía haberse graduado en la universidad de payasos, frente a su escritorio esa mañana.
¿Que más podía pedir?
Para que aquel terminara siendo una mierda completamente, solo hacia falta que ciertas personas ingresarán a su despacho esa misma tarde para terminar le de joder la vida.
──¿Tienes información sobre el paradero de los demás? ──cuestionó, cambiando completamente la conversación.
──No, aún no. ──Obanai suspiró. ──intente comunicarme con Tengen y Rengoku, pero ninguno de los dos da señales de vida. Según tengo entendido, fue como si hubiesen desaparecido de la faz de la tierra.
──¿Buscaron a Rengoku en su tienda?
──Tiene un letrero de cerrado temporalmente. Así que ya sabes lo que significa.
──¿Murata?
──En lo mismo. No puedo ponerme en contacto con ninguno de ellos, parece que están bajo las manos del patrón.
──Nuestra única solución es esperar…
Sanemi soltó un suspiro y observo de reojo el gran ventanal de su oficina. La resplandeciente ciudad que se alzaba frente a sus ojos parecía tan extensa, pero a la vez tan pequeña y miserable, que le hacía pensar en cual jodido rincón deberían de estar escondidos aquellas personas.
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𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 「SaneGiyuu」
Fanfiction𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 | Porque él era un ángel que cayó bajo los encantos de un cruel demonio. Donde Tomioka es un omega recesivo que se ...