Giyuu estaba agotado tanto físico como mentalmente.
Habían pasado aproximadamente unas siete horas desde que salió del hospital, en esos momentos eran las siete de la noche y tras haber llegado a su hogar se dispuso a aislarse por completo en sus aposentos sin siquiera dirigirle la palabra a su hermana o comer algo antes de dicha acción.
En esos instantes, se encontraba recostado sobre las gruesas cobijas que adornaban su cama, dejando su semi desnudo cuerpo expuesto ante el fresco aire otoñal que se adentraba por las abiertas ventanas poco a poco. Su abanico también estaba encendido dando vueltas para refrescar toda la habitación, pero más allá de eso, Giyuu no le prestaba la más mínima atención.
No tenía ánimos de muchas cosas, había sido un día bastante ajetreado para sus gustos y se sentía algo estresado, y no sólo por la situación actual que implicaba que tomase, luego de años, el rol de un Omega común y corriente, sino especialmente por el hecho de que su cuñado parecía haber estado aún más contento que de costumbre, invitándolos a comer en un pequeño restaurante a las afueras de la ciudad como celebración, y aunque Giyuu hubiese querido simplemente negarse y echarle unas cuantas groserías a la cara, se mantuvo en completo silencio, sin opinar la más mínima cosa al respecto; aún a pesar de que Yukio mencionó presentarle a un viejo amigo suyo para que se conocieran.
Y las cosas cuando llegaron a casa no fueron muy distintas a cuando estaban en el auto, Yukio había destapado una costosa botella de vino que tenía guardada mientras hacía un par de llamadas y luego les pedía tanto a Tsutako como a sus hijos que se prepararan para salir a cenar en un elegante restaurante.
Podía escucharlo perfectamente. A pesar de la TV estar encendida, lograba escuchar claramente como aquel hombre mencionaba a su hermana que su socio había aceptado reunirse en un restaurante, que la cena de esa noche se llamaría acabo para que su pequeño cuñado tuviera la mera oportunidad de conocer a alguien digno de cuidar de él y darle una mejor vida si llegaban a comprometerse. Pero ahí, justo en aquellas palabras, Giyuu ponía en duda absolutamente todo, pues nadie era adivinó como para tener en cuenta el futuro que depara, y él, dudaba totalmente de lo buena que sería su vida, más sabiendo que la mayoría de amigos de Yukio eran igual de hijos de puta que él.
Y suspiro resignado. Realmente estaba demasiado cansado de tanto pensar, su cuerpo aún estaba bajos los leves efectos del celo y los supresores solo habían logrado calmarlo por un par de horas más. Su habitación, que raramente poseía un olor más allá del polvo, se encontraba sumergida en el exorbitante aroma de sus feromonas, mismas que parecían aumentar con el paso de los minutos, y lo obligaban a querer reprimirlas con uno de los tantos parches que le habían entregado anteriormente el médico.
━━¿Aún no te has bañado ni cambiado? Vamos a salir a cenar, Giyuu. ━━Tsutako había ingresado a su habitación sin siquiera tocar antes, su rostro mostraba una leve incomodidad; como si supiese que hasta su mera presencia fastidiaba al menor.
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𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 「SaneGiyuu」
Fanfiction𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 | Porque él era un ángel que cayó bajo los encantos de un cruel demonio. Donde Tomioka es un omega recesivo que se ...