Está capítulo fue editado y mejorado...
El apellido Kochou había influenciado mucho tan largo los años en su misera pero agradable e entretenida vida.
Sanemi catalogaba aquellos momentos pasados como sus momentos más humildes, dónde en vez de estar arrepentido y avergonzado por sus estupideces, se sentía orgulloso y como un vil desgraciado.
El apellido Kochou no era fácil de olvidar, menos cuando su pasado giraba alrededor suyo. Esos momentos habían quedado en el pasado, en lo más profundo de su ser, dónde los desterró para jamás volverlos a encontrar, porque aún después de tantos años, seguía habiendo, no una, sino dos chispas que lo seguían uniendo al tan jodido apellido Kochou.
Y el simple hecho de haber escuchado a Giyuu mencionarlo, solo detonó aquellos recuerdos que, aunque no quiera aceptar, estaban ahí y le hacían saber que él era responsable por sus actos y demás cosas hechas en el pasado.
━━…ve a dormir. Intentaré arreglar las cosas mañana antes de irme a trabajar ━━susurro. Un suspiro cansado y su tono voz sonó hasta afectado. Giyuu lo observo en silencio hasta que lo vio desaparecer entre las escaleras, escuchando por última vez su voz cuando medio grito:━━. Dormire en el cuarto de invitados. No me siento de ánimos hoy.
El Omega se quedó en silencio, barrado en aquel oscuro salón donde el frío aire acondicionado estremecía su cuerpo. Sus palabras quedaron estancadas en lo más profundo de su garganta, sin poder siquiera despedirse o algo más, pues cuando su voz se volvió a escuchar lo único que abandono sus labios fue un ligero sollozo que acalló mordiendo su labio inferior hasta sentir el metálico saber de su propia sangre.
Sanemi, quien sin subir totalmente las escaleras se había quedado a unos metros del salón, escucho aquellos ligeros sollozos que el menor emitía. La sala principal se sumergió en un éxtasis de feromonas; Giyuu parecía no saber cómo controlarlas y no pasó más que unos simples minutos para que todo el departamento estuviese sumido en su aroma. Más Sanemi cubrió su nariz ligeramente, aunque el aroma de Giyuu siempre fue tranquilo y agradable, al estar marcado por otro alpha su aroma le era repugnante, siendo molesto y amargo para sus gustos.
Termino subiendo completamente a la habitación de invitados, ignorando los ligeros sollozos y las feromonas con olor a angustia y desespero que poseía el menos. En ningún momento bajo a revisar si estaba bien, o si se había ido a los aposentos, solo se quedó dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. El reloj sobre la mesita marco las dos treinta, la madrugada estaba fría y no era capaz de dormir, así que sin mas, se levantó y abandonó aquel frío cuarto para dirigirse a su oficina.
En el camino no escucho más sollozos ni nada, supuso que Giyuu se había retirado, así que ingresó al oscuro lugar y en un ligero suspiro marco aquel número en el teléfono de casa que juro no volver a marcar jamas, y que a pesar de la hora que eran, sabía que respondería.
ESTÁS LEYENDO
𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 「SaneGiyuu」
Fanfiction𝗕𝗨𝗥𝗡𝗜𝗡𝗚 | Porque él era un ángel que cayó bajo los encantos de un cruel demonio. Donde Tomioka es un omega recesivo que se ...