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Si había algo en aquella vida que Giyuu Tomioka odiara más, era la relación que su mejor amigo poseía con Makomo.
Aún después de quizás unos dos años conviviendo con ambos siendo pareja, Giyuu no comprendía como diablos Sabito se había fijado en una chica como ella, y no era como que quisiese ofenderla pues sabía que delante de él, makomo siempre sería elegida, sin embargo le parecía absurdo de parte de su mejor amigo no darse cuenta de que esa bonita omega solo lo quiere para utilizarlo una y mil veces hasta que se canse y busque otra diversión.
Si, sabía que Sabito estaba malditamente ciego pero no consideraba que aquella estupidez suya fuese tanta como para no dejarle ver que estaba siendo engañado bajo sus propias narices por aquella misma omega que él amaba tan desesperadamente.
Giyuu no era de juzgar a nadie, según su punto de vista toda persona tenía una manera muy distinta de demostrar cuanto amor sentía por una persona, no obstante, tras pasar el tiempo y analizar correctamente aquella muchacha, logro percatarse de sus saqueadas expresiones cada que era abrazada o besada por Sabito, burlándose constantemente de su mejor amigo a sus espaldas con sus amigas y solía murmurar sobre lo estúpidamente idiota que consideraba a Sabito y como estaba con el simplemente por que solía consentirle hasta el último capricho aún sabiendo que Sabito no contaba con el suficiente presupuesto para darse lujos.
Y quizás sabía aquellas cosas desde hacía mucho tiempo atrás y nunca s atrevió a comentárselo a su amigo -sabito era feliz con su lacra de dos patas-, pero tras llegar aquella fresca mañana al instituto y apreciar a la muchacha detrás de uno de los pabellones coqueteando con uno de los compañeros de Fútbol de Sabito, la ira que lo recorrió fue tanta que no logro calmarse e hizo el intento de explicarle a su mejor amigo, de la mejor manera posible, que makomo no lo quería de ninguna de las formas posibles, pero claro, como todo estúpido enamorado, aquella charla termino en una fuerte discusión entre los pasillos de la facultad.
Giyuu nunca había discutido con Sabito más haya de simples bromas entre ambos, todos los estudiantes de aquel instituto sabían cuanto se adoraban ambos muchachos y que las discusiones que a veces tenían eran mera casualidad, pues solían pelear por estupideces constantemente, tales como; por qué película verán en su noche de amigo, por las malteadas que tomaban, por las tareas no hechas de Sabito o simplemente por pasar el rato. Discusiones absurdas que ellos consideraban divertidas en todo caso.
Más sin embargo, escuchar como Sabito le gritaba furioso a Giyuu en la cara, diciéndole cuan malditamente envidioso y frustrante era, ya que es algo que va mucho más arriba de sus peleas diarias; que más cuando aquellas palabras dejaron los labios de Sabito sin medir las consecuencias que traían consigo.
"Estoy bastante seguro de que solo te sientes celoso de todo lo que tiene makomo… osea, solo hay que mirarla, ella es una omega preciosa con mucho dinero, y tú, solo eres un omega defectuoso al que nadie quiere". Giyuu podía recordar perfectamente aquellas crueles palabras que jamás pensó escuchar de parte de quién, desde hace años, es su mejor amigo, y aunque podía confesar que le dolieron no pudo simplemente quedarse callado y le termino gritando cuan ciego y estúpido era delante de toda la escuela, misma que luego de haber escuchado los gritos salieron de sus aulas para presenciar la escena, quedando sorprendidos al ver aquellos amigos del Kinder apunto de lanzarse uno sobre el otro. Y Sabito podía ser un Alfa y Giyuu un supuesto beta, pero muchos sabían que Tomioka tenía todas las de ganar.
