Buscarte es mi deber ahora

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El frío cuarto de piedra mantenía a la joven aún prisionera de los Leagan, herida, sucia por la tierra, con hambre, sed, frío y con un dolor corporal horrible

Recordó así, a duras penas, que hace poco más de dos meses no veía lo que era la luz del sol, Marizza se había encargado de cubrir cada espacio para así dejarla en plena oscuridad. Se sentía otra vez atrapada en un abismo interminable. Sin embargo, a pesar de estar encadenada cual prisionera, tenía la firme convicción de que podria salir y a duras penas, logro cavar un pequeño agujero que daba a la transitada calle de londres.

¿Que haces? -Neil entro con una bandeja con un vaso de agua y unas golosinas, quería mantener en forma a esa chica para seguir satisfaciendo su necesidad-

Nada, solo cuento otra vez las rocas -katherine lo miro, se veía extraño- es primera vez que me preguntas luego de abusar de mi más de 4 veces en estos dos meses... ¿te carcome el recuerdo?

A mí no me carcome nada -comento apretando el puño- ni siquiera me arrepiento

¿no? Vaya... Si que eres un chico malo, Neil Leagan -sonrío maliciosa en busca de fastidiar al joven-

Ten, come para que dejes de hablar -neil le extendió la bandeja- ¿Quieres algo?

..... -se quedó en silencio pensando, se estaba volviendo loca al contar todas las rocas de la prisión, era la novena vez. Miro de pies a cabeza al joven, probablemente podría darle algo que la ayudara a divertirse más que nada y a la vez, poder crear algo que la ayudase a salir de ahí rápidamente. Lo volvió a mirar a la cara y le sonrio- sería bueno que me dieran algo para divertirme aunque sea un rato, si aún no planean liberarme de este cautivero, lo mínimo es que sean más amables y me den algo para pasar el rato.. aunque... Se que pediras algo a cambio

...si -se sentó en el suelo cerca de ella y la miro- Se que sabes que le sucede a mi hermana, como dices, todo lo sabes...

Así es, se que le sucede a Eliza...pero mientras no me des lo que yo quiero, no te diré ni siquiera una sola palabra -sonrío aún con ese ojo azul entrecerrado por la hinchazón y se acomodo para que las cadenas no tirarán de sus brazos- estaré esperando pacientemente...











George! Tía abuela! -archie salió a recibir a recibir a ambos quienes venían desde Londres y Francia respectivamente. La tía abuela se veía sería, puesto que su discusión con el duque Grandchester no había traído ningún resultado beneficiario para Candy. Aún estaba envuelta en una polémica allá en Londres- ¿Cómo les fue?

No diría que de maravilla -comento la anciana tomando asiento mientras Stear y Albert llegaban. Annie había salido a comprar un par de cosas- El duque dice que el apoyará a su hijo hasta que esté cumpla su cometido...

¿y cuál sería? ¿acabar con Candy? -albert estaba molesto, debía ponerse en contacto con su prima, pero ella no le contestaba tampoco las cartas que ya había enviado hace tiempo- maldición...

Viajaré nuevamente mi señor... Está vez, encontré información que le puede servir... -george extendió un papel con una dirección. Albert leyó en silencio y asintió sin mas-

Chicos! -annie llegó con el corazón a mil, tenía el rostro pálido como si hubiese visto un fantasma- e...Eli...

¿Annie? -archie se le acercó y la ayudo a sentarse, estaba consternada- ¿Que viste?

Eliza... -musito-

Sabía que estaban detrás de algo! Sobre todo ella! -Stear miro a todos- siempre tuvo algo en contra de Candy!

Sea lo que sea, aún pertenece a la familia Stear, no lo olvides -la tía abuela lo miro-

Lo sé pero... -fue silenciado-

Señores... -una sirvienta entro y detrás de ella, Eliza con una maleta en mano y toda desordenada. Archie quiso reir, pero Albert lo miro prohibiendo que lo hiciera, aunque claro, el también tenía ganas de hacerlo, el karma llego...

Eliza! -la tía abuela estaba en shock, jamas vio a esa joven así, toda desastrada- ¿No estabas en Londres?

Tía abuela... -corrio llorando y se aferró a la anciana quien no entendía nada- Ya no soy más una Leagan

¿De que hablas? -albert se acercó, como patriarca debía mantener neutralidad aunque no queria- ¿Que paso?

Estoy embarazada de terry -grito- llorando y cayó al suelo, todos estaban en shock, jamás habían visto llorar de esa manera. Albert no sabía si sentirse feliz o alegre, se sentía entre la espada y la pared de sus sentimientos- mi madre me hecho a la calle

Pero Eliza... -Stear también estaba boquiabierto- ¿cómo...?

Me gustaba Terry y a cambio de no acusarlo le pedí... Que.. -balbuceo y sollozo sin más. Se sentía una deshonra como le había dicho su madre sin sentimientos en la cara- tía abuela perdóname...

Tranquila -la señora la aferró y suspiro mirando a todos, sabía de más que sus otros sobrinos no tenian una buena relación con los Leagan y menos con la chica, pero ahora ella necesitaba apoyo-

Eliza... Acompáñame, te ayudaré a qué puedas darte una ducha y que te pongas otra ropa

Tienen que ayudar a Candy.. -balbuceo entre llantos- Terry la fue a buscar a Estambul...

¿Estambul? -albert se acerco- Eliza...dime todo lo que sabes por favor...

Terry y Patty se comprometieron porque Patty ahora es su futura esposa, se va a casar con el porque también está embarazada -lloro y Stear apretó el puño. Lo había engañado sin mas- El señor Alastor James se llevó a Candy a Estambul porque Patty la encontró en el barco... La adoptó como suya para que no la encontraran...

Maldito Grandchester -murmuro Archie- ¿dónde están esos dos idiotas ahora?

L..lo último que supe es que estaban ambos en Grecia -albert sintió el corazón a mil, Estambul estaba cercano a Grecia y si Terry se enteraba, la podía atrapar. Sintió el pulso de su corazón irse y se desplomó en el suelo-

William! -la tía abuela se puso de pie y entre todos intentaron a duras penas despertar al joven patriarca-












Eres una maldita! -Terry golpeaba de manera grotesca a Candy, estaba cegado y solo le daba fustasos en las piernas y brazos- Yo te amo Candy! Hasta hoy!

Te odio Terry Grandchester -candy tenía los dientes apretados, maldecia enormemente haberse alguna vez enamorado de este patan- no veo la hora de que Albert te encuentre y...

¿Albert? -se detuvo en seco y la miro- así que...

No! El no tiene nada que ver, déjalo en paz! -Candy intento de alguna u otra forma detener a Terry, sin embargo, recibió una cachetada y fue agarrada por patty- ¿Patty?

Hola Candy... -le sonrió y la empujó-

¿cómo pudiste? Stear te amaba! Todos te queremos y tú nos traicionaste así... ¿porque? -no comprendía nada-

¿Dinero, placer o poder? Yo diría que las 3 -le dió una patada y se marchó sin más. Candy cayó al suelo, con un dolor inmenso y sangre entre las piernas...






Algo no iba bien....









Continuara...

La muchacha pecosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora