Maldito sea el reloj que avanza rapido

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Y así, tal como había pasado ya 1 año de separaciones, paso otro tiempo más, de 1 en 1 llegaron al crudo invierno, donde Albert subía al barco al saber que su amada estaba en América. Su prima, sin poder moverse debido al embarazo que ya iba al casi octavo mes de este, se quedó mirando partir a su primo, anhelando que despues de tanto, se pudieran encontrar

La tía abuela estaba sumamente furiosa al saber que su sobrina estaba embarazada y no sabía de quién, puesto que Katherine no le había confesado nada al respecto, aunque firmemente creía que esa criatura pertenecía a Neil Leagan... Sara Leagan estaba fascinada al pensar que esa cria que esa niña traía al mundo era de su difunto hijo, no porque lo quisiera, si no, porque la elevaba a un puesto alto de la sociedad....

Sin embargo, la tía abuela, enfurecida a más no poder, decidió prohibirle la entrada a América hasta que su sobrino nieto naciera y así ver a quién pertenecía. Pero no contaba con que su amada sobrina diria todo frente a una multitud dejando avergonzada a la tía y causando, lo que probablemente, sería la cadena que llegaría a causar su muerte a temprana edad












George! -candy estaba sorprendida, al fin, después de tanto, George había vuelto por ella al hogar de pony. El hombre se veía cansado y tenía una mirada perdida, de total dolor y confusión, también, como si su vida ya no tuviese sentido alguno- Ha pasado tiempo!

Lo lamento, señorita Candy, pero Terry y Patty atacaron Lakewood y no pudimos movernos por mucho tiempo, casi 4 meses encerrados no es grato -comento-

¿Como?! -grito Candy llamando la atención de la señorita pony y de la hermana María- ¿los han atrapado?

No... Para nada -bajo la vista, sentia que habia fracasado en su misión, más cuando dejó sola por más de 4 meses en el hogar de pony, a la joven frente a el- Se han escapado, hirieron al señor Alastor y a los demás

Annie...Eliza -murmuro al recordar a las dos jóvenes embarazada- ¿Ellas están bien?

....la señorita Cornwell si -sonrio levemente-

¿Y Eliza? -lo miro de pies a cabeza notando que hacía caso omiso a la pregunta- George... Respondeme..

El bebé de ambas está bien -desvio la pregunta y tras salir, abrió la puerta del vehiculo- Vamos, es hora de que regrese a casa...

Mi bebé -miro a ambas mujeres que le sonrieron y ayudaron a guardar todo antes de que se hiciera más tarde. Cuando terminó y subió al vehículo, ambas le pidieron con una sonrisa que, cuando se pudiera reencontrar con Albert, que ambos trajeran a su bebé para conocerlo, y que, Annie las visitará con su pequeño también- Adiós hermana María! Adiós señorita pony! En cuanto esté junto a mi querido Albert vendremos todos de visita!!

Adiós Candy! -ambas junto a los pequeños se despidieron de aquella pecosa que con ilusión imaginaba el reencuentro con su familia y amigos, más con su bebé y Albert. Cuando empezó el viaje, Candy miro fijamente al mayordomo del tío abuelo-

Dígame... ¿todos están bien? -George no dijo nada- ¿el tío abuelo se ha enterado ya de todo?

La muchacha pecosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora