"Mi nombre, es Candice James o conocida también como Candice white Andley, ahora hija adoptiva de sir Alastor James, patriarca del clan james en Londres.
Solía ser una niña de pony al principio de mi vida, mi hogar, un orfanato donde dos maravillosas mujeres me criaron, ilusionada de la vida pensando en que sería libre y sin ser mirada en menos por mi origen. Recuerdo siempre mirar el cielo con anhelo, rezando a diario por qué mis sueños se cumplieran... Envidiaba a las aves que cruzaban por el cielo, parecían ser dueñas de su destino, yo quería ser como ellas, libre como el rui señor que cantaba cada mañana en el padre árbol...
Oh! Padre árbol, cuánto me gustaria poder escalar tus ramas como de niña y apreciar tu robusto tronco, dónde me aferraba y bajaba cada vez que me encontraban en tus más altas ramas, las que daban al cielo cuando quería tocarlo...
Hoy en mas, soy prisionera del miedo y la vida, prisionera de una vida trágica sin más, con muertes de por medio, con traiciones y esperanzas rotas. Un amor que creía real y que por cada atardecer se tornaban más turbulento, un deseo carnal que se convirtió en amor y que ahora da sus frutos en mi vientre, jamás pensé que sería madre así, siempre soñé con estar casada para cuando llegara ese anhelado momento, pero digamos que no soy buena planificando.
El cielo está azul, pero también está gris, es una mitad inevitable de no mirar, por qué en ese lado está mi pasado y todo lo que he perdido a lo largo de este recorrido, no he podido siquiera caminar tranquila por las calles, se dice que Terry se pasea como un soldado por el pueblo, analizando a cada chica que se le cruza frente al caballo; jamás pensé ser prisionera de mi vida en un país ajeno al mío, bajo el temor de ser cazada cual zorro en la pradera... Me imaginaba libre como las mariposas, me imaginaba creciendo fuerte y con una hermosa vida como la de los demás... Quien diría que terminaría de esta forma"
La pecosa terminaba de escribir en su diario de vida, miraba con anhelo su vientre, cada día más grande y sabía que su pequeño o pequeña serían fuertes como ella y su padre. Escribía cartas a Albert, las enviaba y ansiaba la hora de que le respondiera, pero pasaban los días y no llegaba nada más que los encargos del pueblo o las cartas de los sirvientes de su padre adoptivo, se preguntaba si talvez, Albert no le quería contestar o se había olvidado de ella. No! Era imposible, él la amaba más que a su propia vida, eso le juro cuando tuvieron su primera vez y el amanecer salió iluminando sus desnudos cuerpos sobre la cama.
¿Será que alguien está detrás de que Albert no reciba sus cartas? Eso se cuestionaba, talvez Terry y Patty o talvez Eliza junto con Neil estarían detrás de todo este plan malévolo que tenían para encontrarla ¿cuál era la necesidad? Sabía que había hecho mal al engañarlo, pero parece que no había Sido el único...
¿Candy? -alastor se asomo al cuarto de su pequeña hija adoptiva, le traía dulces y joyas que había comprado, debía reconocer que las joyas turcas eran preciosas y muy baratas a decir verdad, talvez le llevaría un par de cosas a su amada Elroy- mira, te he traído esto del mercado querida...
Gracias padre, es muy hermoso todo -se puso de pie y lo abrazo, se sentía muy feliz- pero...¿no te ha visto?
No, me he conseguido un disfraz, además, quien busca no es a mi, si no que a ti -comento sentandose- revisa a todas las mujeres que van al mercado, una por una
Que locura -la pecosa rodó los ojos con fastidio-
Si, eso mismo he dicho yo -susurro- nadie está de acuerdo con todo este espectáculo... Solo quieren que se vaya
Bah! Debería! -chillo la joven y arrugó su nariz causando una risa en el hombre-
Bien Candy, ¿Hoy cocinaras? -Sonrío, pero, de la nada el hombre palidecio como un papel-
Si! -candy sin notarlo se puso de pie y camino rápido a la cocina, dónde preparo una deliciosa sopa. Sus pensamientos seguían ahí, girando en círculos en su mente... Se imaginaba cocinando para Albert, viviendo en una pequeña casita o talvez en otro lugar, talvez, en la casa en el bosque... No, no sería posible, era propiedad de los Andley...pero nadie la ocupaba, talvez si hablaba con la tía abuela se la daría, pero era difícil, esa mujer tenía un carácter del diablo..
Pensó que también, hace un largo tiempo atrás, más allá de 5 meses, se había imaginado una vida con Terry Grandchester y recordaba haber escrito en su antiguo diario de vida, que sería llamada Candy Grandchester. Al recordar aquello, sintió unas horribles náuseas que la marearon, si que había imaginado más allá de la cuenta... Pero no era su culpa, había Sido ilusa
Oh Albert... -musito- algún día no muy lejano, prepárate los sandwich que te gustan, siempre estaré a tu lado y viviremos aventuras juntos tal y como nos gusta...
Candy.... -alastor apareció en la cocina, palido-
Padre! -se acercando dejando caer la cuchara al suelo. Lo ayudo y lo sento- ¿Estás bien?
S...si, solo un malestar pequeño... -la miro algo borroso- ¿está lista la sopa?
Si, te la servire... -candy se aparto y se dispuso a dejarle la comida frente a el. Se sentaron y el le sonrió algo ido- ¿seguro estás bien?
Si, tranquila -comento, sin embargo, al dar la primera probada, cayó inconsciente con su rostro dentro del plato de sopa. Candy se aterro, no sabía que hacer, así que atreviendo a salir pensando que muy probablemente sería descubierta, se arriesgo a la vida y busco a un doctor en el pueblo-
AYUDEN! MI PADRE ESTA MURIENDO! -grito desesperada, tenía el corazón a mil- ayúdenme!! -Sin embargo, el filo de lo que parecía una espada se posicionó en la parte posterior de su cuello, causándole una leve gotita de sangre por el filo. Al voltearse, el hijo del duque de Grandchester la miraba con una sonrisa macabra y la maldad en sus ojos-
Te atrapé... Candice white Andley -sonrío sádico haciendo que sus ojos brillarán de tal forma, que aquellos en el pueblo, en su idioma, le nombraron diablo
Continuara...
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La muchacha pecosa
Fiksi PenggemarCandy junto a sus amigos están en el colegio real San Pablo, disfrutan de sus días de vacaciones donde las parejas se dedican a pasear. Una mañana, Terry trata mal a candy por irse al río sin avisarle, por lo cual la empuja; Herida, corre a buscar a...