Recuérdame

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Stear se encontraba en las repletas calles de Londres, la persecución había quedado como una plana de periódico antigua, ya casi solo era un mal recuerdo, sin embargo, los rumores de una posible futura guerra eran el tema principal de las tertulias.

No podía creer que la historia de la dama Andley que escapó del colegio real San Pablo paso a ser como una leyenda, no podía aceptarlo. Se encontraba ahi, pensativo y buscando alguna pista que diera paradero de su amiga o, incluso, de su antiguo amor Patty












Hija! -alastor había llegado a la casa de Terry y Patty que alquilaron en Estambul, habia visto su paseo por el puerto y decidió, tras contratar a un vigilante, buscar a su hija adoptiva, enterándose que estaba bajo el dominio de los Grandchester. Al sentirse mejor, decidió emprender búsqueda, pero lamentablemente su pequeña pecosa estaba prisionera en un cuarto con fierros en las ventanas- Candy!

Padre! -comento con asombro, ese hombre que tanto apreciaba estaba vivo- Padre! ¿Estás bien?

Si, ahora debes ayudarme a ver cómo sacarte de aquí -miro a su alrededor sin encontrar absolutamente nada- demonios...

No hay forma padre .. -bajo la cabeza-

¿tu bebé está bien?

Según la partera que también está prisionera, si, está bien...

Me alegro querida... -observo la puerta- ¿puedes abrirla?

Me temo que no, tiene cerrojo -suspiro-

Diablos... ¿hay alguien adentro? -volvio a consultar-

Un empleado que me da agua y comida, es muy amable... -lo miro angustiada al ver que el hombre se iba- ¿padre?

Tomaré medidas drásticas para sacarte de aquí, Candy, sea con mi vida a cambio -se dirigió al frente y al no ver nadie, abrió la puerta de una sola patada, ingresando. No había guardias, no había empleados no nada en particular que el viera como amenaza, así que avanzó rápido y sigiloso. Fue fácil llegar a la prisión, sacarla y salir rápido de aquel cuarto, el problema sería salir ahora de la casa, que estaba totalmente rodeada de sirvientes armados- maldición...

No puede llevársela... -susurro una joven- nuestra vida depende de ella...

¿cómo? -su sorpresa era grande. Si Candy huia, ellos morian-

Si se la lleva, el señor Grandchester nos va a torturar junto a su esposa -Otro joven contesto la pregunta- No podemos, por mucho que queramos la libertad de la joven...

Por favor, ella está embarazada -todos miraron- si, está esperando un bebé al igual que la mujer que es su patrona ahora

... Ella ya no está embarazada... -la partera que estaba prisionera junto a Candy hablo fuerte llamando la atención de todos- Me dejo prisionera cuando le dije que la sangre en sus piernas era porque había perdido al bebé, por eso mismo me encerró.... Y cuando su esposo pregunto, dijo que me encerró al ser espía de un tal Alastor James...

Padre -candy lo miro con tristeza- No valgo tanto como para que más de 20 personas mueran...

Candy... -se sorprendió enormemente-

Padre... Vete tu y diles que luche hasta el final... -candy estaba triste, no quería despedirse pero ella no quería hacer que gente perdiera la vida por ella, no valía la pena-

.... Váyase -los sirvientes miraron a Alastor- La liberaremos en la noche... Pero tome el primer barco rumbo a América... El señor Grandchester planea ejecutarlo cual bárbaro

La muchacha pecosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora