Ropa ardiente

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Ha pasado casi 5 días desde el entierro de Katherine Andley en el mausoleo de los Andley. Albert no ha querido tocar el tema, más solo habla de la boda como si nada hubiese pasado.

Stear mira a los bebés que están bajo su cuidado, los ha tomado como suyos como prometió a Albert, ya que le confesó sus sentimientos en la morgue donde estaba Katherine ese día. Albert, conmovido, decidió darle el cargo a stear, quien se sentiría acompañado con los niños y apenas encontrarán a los dos faltantes, el se haría totalmente responsable.

Candy ha observado en silencio el actuar de su futuro esposo, intenta de alguna u otra manera hacer que hable, pero Albert se niega diciendo que todo ha pasado y ya no debe darle más giros a la historia. Trata de forma alguna, pensar solo en la boda como le pide Albert, pero al verle tan... Distinto y sin esa sonrisa, le parte el alma. Sabe que Katherine, Katerina, george y, aunque lo niegue, la tía Elroy eran importantes para el, y que fueran asesinado, le causaba dolor. Candy lo entendía....

Archie y Annie también veían el problema que surgía en el futuro matrimonio de Candy y Albert, querían planear algo para relajar los, después de todo, eran los más afectados.

Alastor, por otra parte, deseaba que su hija adoptiva fuese feliz finalmente y tenía el plan de, mientras Albert arreglaba su cabeza y vida, llevarla de paseo por todo Estados Unidos. Pero Albert, cuando le dio la idea, se negó rotundamente diciendo que su salud mental estaba perfecta.












Berth, no has comido nada -candy comento con angustia, viendo a su amado mirar la ensalada y la carne sin apetito. Ella alimentaba al pequeño Anthony en lo que Annie le buscaba risas a Artie que lloraba sin parar, mientras stear mecía a los dormilones bebés que tenía como hijos ahora- ¿Quieres otra cosa?

No querida Candy, estoy bien -musito y apartó el plato-

No comes desde hace dos días... Te vas a morir si sigues así ¿eso quieres? -alastor lo miro serio, sabía el dolor que sentía y el había pasado por lo mismo, había dejado de comer durante un mes entero- porque si eso quieres, me llevo a candy y a mi nieto...

Basta, Alastor -comento Albert intentando no enfurecer y soltar todas sus penas- comeré...

Si, hazlo que buena falta te hace... te cruje el estómago! -golpeo la mesa el hombre y Anthony empezó a llorar asustado- mira cómo tienes a todos! Angustiados con esa cara

¿Quieres que sonría? -albert lo miro firme- porque, lo estoy intentando... ¿sabes? Pero el perder a todos, me es difícil

Bah! Se nota que hasta para ti soy una sombra -katerina se puso de pie molesta- y no estás solo, Al, tu solo te quieres quedar así al no hablar

Katie, no lo tomes a mal... -se sobo la cabeza- ¿y de que quieren que hable?

De cómo te sientes ¿acaso ya no tenemos esa confianza? -candy le tomo la mano triste. Sentía que todo lo bello que había pasado entre ellos se estaba muriendo con todos a su alrededor- Albert... ¿me sigues amando?

¿pero que dices? Te amo más que a mi propia vida! Daría todo por ti...

¿y porque no confías en mí?! -se puso de pie exaltada. Las hormonas le jugaban en contra- Habla Albert!

Candy, querida... Basta no te alteres -alastor se acerco- ¿ves Albert? Todos están mal si te ven mal!

ME SIENTO SOLO, ¿OK? -se puso de pie gritando mientras lloraba. Candy se sintió mal por la pregunta que le había hecho, sabía que, se sentía solo no por ella ni los demás, si no por su familia y amigos cercanos. Sin embargo, la interrupción de una cachetada le llamo la atención a todos. Katerina le había dado un golpe en la mejilla a su primo mayor-

La muchacha pecosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora