Capítulo 2. La espiral de la fama.

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Pov Benito

La vida es como una espiral, una curva sin fin que nos lleva hacia arriba y hacia abajo. A veces nos encontramos en la cima de la espiral, donde todo parece brillar y resplandecer. La fama es de la misma forma, nos rodea y nos hace sentir como si estuviéramos tocando el cielo con las manos. Pero también puede ser efímera y traicionera.

Lo importante no es subir o bajar en la espiral, si no mantener el equilibrio en todo momento. Mantener los pies firmes en el suelo y la cabeza en las nubes para no perder de vista lo que realmente importa. Ser famoso puede ser un regalo o una maldicion, dependiendo de cómo lo manejes. Pero si eres capaz de mantener el control y no dejar que te arrastren hacia abajo, entonces podrás disfrutar del viaje, sin importar hacia dónde te lleve la espiral.

El único problema con las espirales es que si las recorres, en realidad nunca acaban. Se estrechan infinitamente.

Los malditos rumores son como las espirales de esta vida, son esas vueltas interminables que hacen perder el equilibrio y la perspectiva. Mi vida es como una especie de espiral enorme, lleno de altibajos y giros inesperados, los rumores y especulaciones son como una melodía constante que nunca deja de sonar en mi cerebro. Se deslizan por los pasillos del Internet y hashtags de Twitter alimentando la curiosidad y morbo entre quienes se los creen y juran conocerme.

Me encontraba sentado en la terraza de mi casa, la cual tenia una vista hermosa del mar, a solas, todo era silencio, solo se escuchaba el sonido del viento y de las gaviotas. Era como si estando aquí el tiempo se parara por un momento y el caos de ahí afuera desapareciera.

Acababa de terminar una de las giras más importantes de mi vida, había cantado en los estadios más importantes y mi reciente álbum era número uno en un montón de plataformas, parecía una buena vida. El tour había sido una mezcla de emociones y de momentos increíbles que viví.

Mi cabeza seguía dando vueltas, recordaba los millones de caras que me habían aplaudido, el sonido de la multitud y los gritos de entusiasmo. A veces me preguntaba si todo lo que vivo es real. Si de alguna manera lo había soñado todo. Amaba pisar el escenario, siempre sentía una oleada de adrenalina, era como si mi cuerpo no pudiera evitar ponerse al mil. Sí, amaba pisar el escenario, pero por más que me encantaba, sentía como si necesitará un descanso, un tiempo fuera de todo, lejos de todos, en mi propia soledad.

Los acontecimientos de los últimos meses me estaban haciendo sentir como si quisiera salir corriendo y no saber nada de este mundo nunca. Todo había comenzando desde el verano pasado donde se me había grabado "besándome" con una chica en un after party luego de mi último concierto en Puerto Rico.

Todo comenzó a moverse muy rápido. Los medios de comunicación y las redes sociales estaban preguntando, los fans se estaban indignando, no sabía cómo calmar la situación. ¿Qué podía decir? ¿Qué podía hacer? Estaba perdiendo el control, y en la medida que intentaba aclarar las cosas, parecía que solo estaba haciendo las cosas peor.

Todo se centraba en si le había sido infiel a Gabriela o no, que si era un mujeriego, que ojalá Gabriela no me perdonara. 'Si supieran' pensaba mientras me llevaba a la boca otro trago de mi cerveza. La realidad era que Gabriela y yo hace mucho habíamos terminado y realmente jamás supimos cómo ser una pareja, si es que se podía llamar así lo nuestro.

Ella y yo nos habíamos conocido en un evento en el 2018, donde se me presentó como un artista joven potencial. Ella era una fanática mía que había ido a conocerme y no tardamos en conectar. Me ayudó a sanar de mi anterior relación y era una gran amiga y apoyo para mí. Sin embargo, como dije antes, cuando la espiral de la fama llega muy arriba, muchas personas dejan de verte como el ser humano que eres.

The FalsehoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora