Capítulo 49. Tenemos que hablar

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Pov Kendall

Benito aceleró la camioneta a toda velocidad y comenzó a manejar como si estuviera en una estúpida pista de formula 1

-¿Quieres conducir más despacio idiota? Vas a matarnos- le grité con pesadez desde la parte trasera del auto

-Lo siento pero no tengo mucho tiempo y necesito llevarte a la mansión antes que el drama explote ahí- dijo mientras señalaba a lo lejos al hospital

-No estás teniendo sentido- le dije enojada, pero empezaba a notar un temblor en mi voz. Todo era confuso, no entendía nada.

-Hablemos con calma, no te preocupes- me dijo Benito parando un instante su mirada hacia mí- deja que te explique

-Me cuesta creerte en estos momentos- le dije mirándolo fijamente

-Jamás te haría nada malo y no hubiera tenido que recurrir a esto si me hubieras dejado hablar contigo aquel día en el hospital- me dijo Benito mirandome a través del espejo retrovisor mientras conducía

-¿Y por eso tenias que secuestrarme idiota?- le volví a gritar

-No te estoy secuestrando- aclaró Benito mientras continuaba manejando. Benito conocía a la perfección el camino a mi casa y había logrado cortar camino para avanzar entre el trafico de los Ángeles para llegar en menos tiempo

Y en menos de 15 minutos estaba atravesando las enormes puertas que abrían paso a la mansión Kardashian. Benito comenzó a calmar el paso de su andar conduciendo y comenzó a buscar lugar para estacionar la camioneta en la entrada

-No te muevas, te ayudare a bajarte- dijo Benito apagando el motor de la camioneta

-Estoy en silla de ruedas imbecil cómo voy a bajarme-  le contesté malhumorada

-Por supuesto- dijo Benito en tono risueño. Comenzó a caminar hacia el lado de atrás de la camioneta y abrió la puerta. Luego caminó a donde estaba la parte trasera de la silla de ruedas y le bajó los apoyabrazos de la parte superior de la silla

Me abrió la puerta y me tomó entre sus brazos para colocarme en la silla. Debo admitir que sentir a Benito tan cerca de mí me había causado que todos mis sentimientos se movieran, pero no podía permitir que mis emociones me hicieran sentir vulnerable

Me mantuve firme, o al menos lo intentaba, no quise derrumbarme ahí. Benito terminó de colocarme en mi silla

-Necesitamos hablar y por eso te he traído aquí- dijo Benito mientras su rostro se veía serio y a la vez con una esperanza en sus ojos- Pero primero debo subirte a tu habitación- me dijo entrando conmigo a la enorme mansión

La mansión estaba completamente vacía, no vi a nadie más adentro más que a algunos trabajadores. Benito me miró cuando llegamos al pie de las escaleras que llevaban a todas las habitaciones

-Así que haremos esto- dijo Benito sujetándome entre sus brazos y dejando la silla de ruedas al pie de los escalones para subirme cargada por las escaleras

En cualquier otro escenario este sería la fantasía perfecta, ser cargada en brazos por el hombre guapo y sexy al que amaba... sí tan solo no la hubiera cagado

Cuando llegamos a la habitación, Benito me ponía en la cama frente a él. Yo sentía el olor de su colonia y no podía soportar la tensión que había en la habitación. Me tomó la mano y noté un calor extraño en la mía. Tenía muchas preguntas, y creo que él sabía cuales eran

Pero antes de eso Benito se acercó a la puerta para ponerle seguro y luego dirigió su mirada hacia mí

-Antes que digas cualquier cosa, me insultes o me lances cualquier objeto a tu alcance quiero decir que lo siento mucho- dijo Benito- Sé que fue algo un poco drástico pero necesitaba verte, hablar contigo solo unos minutos

The FalsehoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora