Capítulo 51. Como Julieta.

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Pov Kendall

Fai me subió a mi habitación tal cual mi madre se lo había dicho

-Lo siento por la actitud de tu madre- me dijo Fai Mientras me colocaba nuevamente en la silla de ruedas- Se pasa contigo. Está fuera de control- Fai abrió la puerta de mi habitación. Yo estaba llorando de la impotencia ante lo que acaba de pasar con mi madre ahí abajo.

Fai me tocó el hombro en un gesto de consuelo, pero no dijo nada más. Se debió dar cuenta que quizá necesitaba un momento para procesar todo. Él me conocía mejor que nadie y sabía ser un buen amigo, esta era una de esas veces en los que solo necesitamos alguien que nos acompañe en absoluto silencio.

-Estoy harta de esta familia Fai- le dije tratando de controlar mis lágrimas- Pero soy una inútil paralítica ahora y aunque no lo fuera parece que no puedo valerme por mí misma sin depender de ellos- añadí entre lágrimas- estoy condenada a vivir en esta maldita cueva para siempre- me queje

Fai me miró con una mirada de empatía, y dijo:

-No eres una inútil, Kendall. Sólo estás pasando por un momento difícil, y eso no hace que seas una persona sin valor. En realidad, lo contrario: la forma en que has afrontado esta difícil situación hace que seas una persona fuerte y valiente.

-Bueno al parecer no puedo ser lo suficientemente capaz de decidir por mí misma o eso cree mi madre queriendo decidir con quién puedo salir o no- me queje nuevamente

-Kendall, no dejes que tu madre se interponga entre tú y Benito- me dijo Fai, yo miré a verlo asombrada- Luchen por lo que sienten, tú lo amas y él a ti, han pasado por mucho para darse por vencidos- yo lo miraba asombrada. Fai había vivido todo este tiempo saboteando a Benito y ¿ahora me decía que me aferrara a él?-

-Creí que lo odiabas- le dije

-En realidad... estaba celoso y me sentía desplazado por un total desconocido- dijo Fai encogiendose de hombros- Keni, Benito te ama, lo he visto y créeme que si hay alguien en este mundo que estuvo a tu lado todo este tiempo fue él- me dijo- Sé que sientes lo mismo por él. Solo hay una barrera, y eso es tu familia. Y tú sabes, eso se puede resolver- añadió

No sabía qué decir. Una parte de mí se rehusaba a pensar que Benito había sido capaz de estar a mi lado todo este tiempo... De ser así... me lo hubieran informado ¿no? Y nadie había mencionado de su presencia el tiempo que estuve en coma. Sabía que Benito me había dicho que me había cantado y hablado y yo recordaba sueños donde escuchaba a alguien hablar conmigo pero no tenía forma de comprobar que era él. Habían cientos de personas y pudo haber sido cualquiera de mi familia. Y el anillo... Benito dijo que fue él pero Devin me había dicho que él me lo había regalado y Devin nunca me mentiría... no tenía por qué

No dije nada. Solo me quedé seria limpiando mis lagrimas cuando la puerta de la habitación se abrió con mi madre sumamente enojada mirándome. El miedo se apoderó de mí por unos instantes

-Fai, retírate, necesito hablar con mi hija- le dijo mi madre a Fai de manera determinante. Fai quien conocía a la perfección el carácter de mi madre, se puso de pie rápido y se acercó a despedirse de mí para salir casi corriendo de la habitación. Una vez estando a solas mi madre y yo, ella me miró bastante seria

-Sea lo que sea que tengas que decir, hazlo ya- le dije

Mi voz era firme a pesar de titubear. Mi madre suspiró y se dirigió a mí con una expresión seria, casi severa

-Kendall, escúchame bien porque no voy a volver a discutir esto- comenzó- Benito tiene prohibido poner un pie en esta casa. No quiero que te sigan relacionando con él y te advierto que si te atreves a desobedecer mis reglas soy capaz de desheredarte- me dijo mi madre

The FalsehoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora