Capítulo 15. El sol y las estrellas sobre el valle de Coachella

279 20 0
                                    

Pov Benito

-Hola Gabriela- le dije con una sonrisa. Ella se me acercó y me dio un abrazo- gracias por traer a Sansa, la extrañaba mucho- le dije. Gabriela sonrió de oreja a oreja. Sabía que era una buena persona, y no le guardaba rencor por lo ocurrido -Sin embargo me sorprende mucho tu visita- le dije mientras ambos entrábamos a mi departamento. Gabriela bajo a Sansa de sus abrazos y Sansa comenzó a dar saltos felices hacia mí para que la abrazara

La agarré en mis brazos y la acaricie en el lomo. Empecé a acercarme al sofá mientras Gabriela me preparaba una taza de té

-Lamento precipirtarme y dejarte a Sansa de nuevo a tu cargo- dijo tomando asiento a mi lado mientras me entrefa la taza de té. Té de manzanilla, ella sabía que era mi favorito luego de un largo día. Sonreí al reconocer mi té favorito en el contenido de la taza y ella me devolvió la sonrisa- una agencia de modelaje me llamó para hacer una campaña aquí en los Ángeles y era una buena oportunidad así que tuve que adelantar el viaje y no puedo cuidar a Sansa ya que en el hotel que me pagó la agencia no aceptan perros

-Ah- respondí- ¿qué vas a hacer entonces?- pregunté. Ella parecía preocupada, lo que me hizo preocuparme un poco. No sabía qué responderle. Pensaba que se llevaría a Sansa con ella a donde fuera que iba a quedarse, pero la tensión que noté en sus hombros me hacía pensar que quizás eso no era posible

-me preguntaba si podías cuidarla antes del tiempo acordado- dijo mirándome seria

-Por supuesto, no tienes ni que pedírmelo, Sansa es mi perrita también y sabes que la adoro y amo estar con ella-le dije tomando a Sansa entre mis brazos nuevamente

-Gracias Beno, espero no causarte algún problema con tu novia- dijo poniéndose de pie derrepente, yo la miré confundido hasta que recordé que ante ella Kendall y yo eramos novios

-No no hay problema con eso- le dije mostrandole una sonrisa cordial- ¿ya te vas tan rápido?- le pregunté

-Sí, debo ir a desempacar al hotel, solo vine a dejarte a Sansa- dijo tomando su bolso- aquí te dejó su colchón, le compré uno para que aprenda a dormir ahí, deberías de dejar de permitirle dormir en tu cama- dijo  mirándome severamente

Sentí un poco de vergüenza. Quizás había estado permitiendo demasiadas cosas a Sansa. No podía evitar sentirme un poco avergonzado ante mis malas prácticas como perruno padre.

-Aquí está su receta médica, la semana pasada se comió un plástico y se enfermó debes darle este medicamento 2 veces al día- dijo señalandome la recta y sacando el medicamento de su bolsa

Acepté el medicamento y la receta y la miré un poco confundido, sin saber qué decirle, yo sentía que me estaba poniendo una clase sobre cómo debía cuidar a Sansa y me dio algo de vergüenza sentirme tan criticado. La mire un poco incómodo mientras se dirigía hacia la salida de mi departamento

-Si tienes dudas respecto a algo llámame- dijo Gabriela poniendo un pie fuera del departamento

-No te preocupes, lo tengo todo anotado aquí- dije sonriendole mientras señalaba mi cabeza

Gabriela se rió al escucharme y se despedio de mí. No sabía qué decir, sólo sentía un poco de confusión. ¿Era malo el hecho de permitirle dormir conmigo en mi cama? ¿Qué opinaría ella?. Me sentía mal

Cuando Gabriela se fue cerré la puerta y pude ver a Sansa corriendo feliz por toda la casa. Sus patas y su cola saltaban alegremente, como una extraña danza de una serpiente tropical, dándose saltos en cada lugar que veía. Todo el departamento era territorio a conquistar y ella era la reina que lo gobernaba. Fue hasta mi cama y se tiró sobre ella, saludándome con el lenguaje corporal de un perro contento

The FalsehoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora