X. Tom Riddle

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La casa no había cambiado mucho desde la última vez que estuvo hay, hace más de 30 años.

- Me sorprende que hayas aceptado verme – Jen no reconoció la voz, pero sabía a la perfección de quien era.

- Cuanto tiempo Tom – dijo mientras se volteaba para poder verlo.

No era nada como lo recordaba, su piel estaba demasiado pálida y sus ojos ahora eran de un rojo fuerte, sin contar el cambio de edades.

- Te vez... - Tom parecía no tener palabras para describir a su antigua tutora.

- Más joven, es el efecto de mi maldición – termino la frase – tú te vez acabado.

- Mi apariencia no le hace honor a como me siento.

- Sí, he oído, estas intentando tomar el poder del mundo mágico, una hazaña muy difícil si me lo preguntas.

- Y obviamente no estás de acuerdo con lo que hago.

- Es peligroso, y no solo para ti, para todo el mundo.

Tom soltó una pequeña risa.

- Tu enserio esperas que crea que en todos estos años nunca quisiste tomar el poder del mundo.

- Si lo hubiera querido ya sería mío.

Tom volvió reír.

- Lo siento, pero no puedo tomarte enserio con esa apariencia.

- No estoy aquí para juegos, Tom, desiste de esta estúpida idea.

- ¿Por qué lo haría?, ya he llegado lo suficientemente lejos, tengo muchas familias sangre pura a mi disposición y he conseguido la inmortalidad, creo que ya es muy tarde para deshacer las cosas.

Jen se quedó congelada cuando escucho lo de inmortalidad.

- Tu no lo hiciste, te dije las consecuencias que traería.

- Bueno, tu no quisiste convertirme en vampiro, no tuve otra opción.

- La inmortalidad no te traerá gloria, Tom, solo desgracia tras desgracia.

- Que tu vida haya sido una mierda no significa que la mía también lo será.

- Dividir tu alma trae una maldición consigo, Tom, te lo advertí desde la primera vez que lo mencionaste, la inmortalidad solo trae perdidas consigo, tu no quieres ver a tus seres queridos morir.

- No lo hare, porque créeme que no hay ni una sola persona en el mundo que sea importante para mí.

- No sabes en lo que te metiste, no puedo apoyarte con eso.

Tom la miro fijamente por unos segundos.

- ¿sabes, Jen?, por un momento pensé que pelearíamos juntos, que me ayudarías, pero creo que no la harás.

- No hay forma en la que consienta esto.

- Eres la única persona que por un momento me importo, por lo que te lo advierto, no te metas en esto o voy a tener que....

- ¿matarme?, he estado muerta desde hace mil años, tú no puedes herirme Tom, y lo sabes, yo solo vine para intentar convencerte de retroceder, pero dado que eso no es posible, creo que será mejor que me vaya.

- Espero no tener que volver a verte, Jen,

- Yo espero lo mismo.

Jen lo sabía, Tom lo sabía, probablemente si se volvían a ver tendrían que pelear, y era algo que ninguno de los dos quería.

Tom sabía que la pelirroja le ganaría.

Jen no quería lastimar a un miembro de su familia, además le guardaba cariño al chico.

Pero era obvio Qué en algún momento se tendrían que enfrentar, tal vez la semana siguiente, o en siente años, o en diecinueve años, no es algo preciso para decidir.

Slytherin¹ | Regulus blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora