XXV. los 17

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El 26 de abril de 1978 cuando Jen Slytherin se desperté se quedó un buen rato sentada en la cama, mirando a su novio dormir, no quería levantarse y no quería que el tiempo pasara, no quería volver a dormir.

Cuando Regulus se levanto tuvo que pararse de la cama y fingir estar feliz por cumplir la mayoría de edad.

De camino al gran comedor todos la felicitaban y le deseaban un buen día, ni siquiera sabía cómo todo el mundo sabía la fecha de su cumpleaños.

Al llegar al gran comedor se sentaron en la mesa de Gryffindor y todos recibieron a la Slytherin con una gran sonrisa y con un feliz cumpleaños, todos menos James.

El Potter solo se quedó observándola, sus ojos estaban rojos, Jen supo que él había llorado, ella también lo había hecho.

La chica intento sonreírles a sus amigos de la mejor manera, no quería que ellos sospecharan que algo iba mal.

- Si me disculpan, me llevare a la pequeña pelirroja – James se levantó de la mesa a mitad del desayuno – voy a darle mi regalo.

Jen se levantó también y lo siguió, los dos caminaron en silencio hasta llegar a un pasillo lo suficientemente lejano y solitario.

- ¿Cuándo va a pasar? – James le pregunto apenas dejaron de caminar.

- No lo sé – respondió la pelirroja – solo estoy esperando a que la cuenta regresiva aparezca.

- ¿cuenta regresiva?

- Aparece unas horas antes de que caiga en el sueño, es mental, solo yo puedo verla, cuando llega a ser inmediatamente pierdo la conciencia.

Los dos se quedaron unos segundos en silencio.

El Potter abrazo a la chica fuertemente y ella empezó a llorar en sus brazos desconsoladamente.

No quería irse, no quería perderlos a todos, no quería despertar después de años y que hay la posibilidad de que alguno de ellos este muerto, no quería dejar a Regulus.

Maldijo a Klaus tantas veces como pudo y se lamentó de su suerte antes de volver con sus amigos.

Se suponía que debería ir a clases, pues era miércoles, pero Regulus le pregunto si quería que faltaran e ir a hosgmeade, la pelirroja estuvo de acuerdo inmediatamente, no quería desperdiciar su probare ultimo día yendo a clases.

- Te amo Regulus – le dijo la pelirroja cuando estaba a las afueras del pueblo – siempre te voy a amar, eres el amor de mi vida.

Regulus la miro un poco confundido por la repentina declaración, pero le sonrió tiernamente.

- Yo también te amare siempre, Amanda, y no tengo ninguna duda de que tu también eres el amor de mi vida.

La pelirroja se acercó y le dio un largo beso, quería guardar bien n su memoria el sabor de los labios de Regulus, pues probablemente ese sería uno de sus últimos besos.

- Reggie, si algo llega a pasarme, cualquier cosa, prométeme que te olvidaras de mí y continuaras con tu vida como si yo no hubiera existido.

El Black frunció el ceño, se veía muy confundido por lo que la pelirroja dijo.

- Nada malo va a pasar – el Black le aseguro – y si algo te pasara no sería capaz de olvidarte, sería imposible para mí.

- Reggie, tienes que prométemelo, no estaré tranquila si no la haces.

Regulus seguía con la expresión de confusión en su rostro.

- ¿estás bien? – él le pregunto - ¿paso algo malo?

- Solo promételo Regulus, prométeme que si me voy me olvidaras.

Jen podía sentir como las lágrimas caían de sus ojos, no quería despedirse, pero tenía que hacerlo, de alguna manera tenía que advertirle a Regulus que ella se iría.

- ¿Qué paso? ¿Por qué te estas despidiendo?

- Prométemelo Regulus, por favor – la chica suplico – es la única manera de que este tranquila.

- Está bien, te lo prometo – dijo el chico al ver la desesperación en su novia.

Por la tarde se reunieron con los merodeadores y Lily al lado del lago negro.

Estaban hablando tranquilamente a la orilla del lago mientras comían unos postres que habían pedido en las cocinas.

- Voy a meterme al lago – Sirius dijo de repente mientras se quitaba la camisa - ¿Quién va conmigo?

Peter fue el primero en seguir a Sirius, seguido de James y sorprendentemente Remus.

- ¡Metete pequeña pelirroja! - Sirius le grito desde el lago.

- Preferirá no hacerlo, gracias – Jen le respondió.

Odiaba los meterse a lugares donde había mucha agua y sus pies no tocaban el piso.

Cuando caía en el "sueño", pocas veces se encontraba totalmente sola en un prado con una pequeña cabaña.

Normalmente se encontraba en un profundo lago, ahogándose y luchando por salir y conseguir algo de aire, hasta que despertaba.

Por la noche, cuando estaba a punto de ir a la sala común junto con Regulus, Sirius los detuvo y los obligo a ir a la sala común de gryffindor, donde el chico en contra de la voluntad de su amiga le había hecho una fiesta, en la que había invitados de cada casa de Hogwarts.

- Te dije que no quería una fiesta – la chica se quejó.

- Cumples 17 años, pequeña pelirroja, no podíamos no hacer una celebración.

Después de unas cuantas quejas, la pelirroja por fin acepto el hecho de que su cuñado le había hecho una fiesta y no podía faltar.

Jen se colocó a bailar con Regulus, disfrutando sus últimos momentos con él.

Mientras más avanzaba la noche, más se sentía mareada y cansada, cada vez su vista se volvía más borrosa y el dolor de cabeza aumentaba.

Cuando faltaban cinco minutos para la media noche, Jen callo en los brazos de Regulus.

Slytherin¹ | Regulus blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora