Capítulo 13

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En serio y deben creer lo que les digo, que cuando alguien te da un beso a la fuerza y además te toma así de forma desprevenida, la situación dista mucho de ser romántica o perfecta, es más, el cerebro humano entra en un estado de alarma y pánico que te hace hacer cierto tipo de cosas.

Sí, vale, golpeé por segunda vez a Callenreese, y de manera no muy sutil que digamos.


En la nariz, sí.

Algo así como un puñetazo.

- ¿Qué demonios haces?- me gritó mientras tomaba su nariz con las dos manos.

- ¿Qué demonios es lo que tú haces, Aslan? – estallé, él no era nadie para venir a reclamarme nada- ¿Por qué me has besado?

Odio. En serio, en la mirada de Aslan había odio intenso y puro dirigido sólo a mí, sus ojos me enfocaban de una manera tan penetrante e intensa que estaba seguro que en algún momento mi cabeza saldría disparada de mi cuerpo, lo cual hacía todo más confuso, ¿por qué me besaba si me odiaba? porque Aslan me odiaba, no podía dudarlo si quiera.

- ¡Para que te quedases callado de una buena vez!- gritó haciéndose escuchar por sobre la música.

- ¡Eres un estúpido!

- ¡Y tú una bestia salvaje de lo peor, ahora entiendo por qué nadie ha querido darte un beso real en tu vida!

Abrí y cerré la boca en gesto mudo. Una cosa es que yo me supiera un completo novato en eso de tener novio y dar besos… y otra cosa muy distinta es que te lo gritasen en la cara añadiendo además el calificativo de "bestia salvaje". Hice una mueca y me volteé, alejándome de ahí, sentí la mano de Aslan sosteniendo mi brazo pero me zafé de su agarre como pude y corrí, perdiéndome entre la gente y deseando largarme lo más pronto de ahí.

Maldito baile.

Estúpido Aslan.

No me detuve hasta que hubo alcanzado uno de los patios interiores del colegio, que por cierto estaba parcialmente cubierto de nieve, al parecer mientras me encontraba dentro del gimnasio había comenzado una tenue nevada. Me senté en uno de los bancos y abracé mis piernas tratando de serenarme. Casi sin darme cuenta mis manos habían ido a palpar mis labios, los mismos que él había besado con tan poca sutileza…

Mi primer beso con Callenreese.

¡Con él, con ese mentecato!

Humedecí mis labios e inmediatamente mi cerebro me engañó trayendo los recuerdos del instante exacto en que los labios de Aslan se posaron sobre los míos… Un hormigueo extraño se apoderó de mí mientras sentía mi estómago dar una leve sacudida. ¿Por qué? Sí a mí no me gustaba Callenreese.

Tenía otras preguntas y con cada una me enredaba más y más. Aslan me había besado –para callarme- pero lo había hecho de todas formas, sus labios habían alcanzado a atrapar los míos, acariciándolos… inevitablemente me puse a pensar qué hubiese ocurrido si yo no me hubiese alejado golpeándolo… ¿Alsan hubiese continuado besándome?

Aslan te besó para hacerte callar…

- ¡Te dijimos que te mantuvieses alejado de él!

Tres mil millones de latidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora