Aslan caminaba a mi lado y yo solo podía obligar a mis pies a seguirlo, nuestras manos estaban unidas y parecía que todos mis censores estaban puestos en ese sector de piel que él tocaba. Trataba de mirar a algún punto indefinido en la lejanía pero era inevitable fijarme en cómo un montón de pares de ojos se fijaban en nosotros al pasar, los cuchicheos se hacían ensordecedores en mis oídos; el momento de mayor tensión fue cuando vi a ese grupito de matones de pie en el pasillo, por poco y me doy la media vuelta para huir pero Aslan pareció leer mis pensamientos -que novedad- y sentí su agarre intensificarse en torno a mis dedos.
Me miró y lo observé, su mirada me hacía pensar que estaba disfrutando todo esto, ¿sería posible?
- Ignóralos, ignora a todos- susurró antes que doblásemos en el siguiente pasillo y sin decir más nos metiéramos en la primera puerta a la derecha, quedando ambos en uno de los vacíos laboratorios de Ciencias.
Aslan soltó mi mano y en cierta forma me sentí vulnerable al no sentir ese contacto, quiero decir, no es como si quisiera seguir de la mano con él, simplemente había algo de seguridad que me transmitía el gesto.
- Eiji, si quieres hacer esto bien debes dejar de comportarte como un niñito paranoico o sospecharán.
Sentí mis mejillas rojas y bajé la vista un segundo, avergonzado.
- Lo siento, es que...
- ¿Qué? - preguntó mientras se apoyaba de espaldas a uno de los mesones y se cruzaba de brazos.
¿Cómo decirle a Aslan que todo eso era demasiado para mí?
- ¿Estuviste de acuerdo con lo de nosotros, cierto? - preguntó. Asentí- Ahora mismo acabamos de pasearnos y más de la mitad de esta escuela nos vio de la mano, para el primer descanso todos sabrán que somos novios o especularán al respecto.
Eso sonaba tan raro e hizo que mi estómago se retorciera.
Bajé la vista a mis pies, sentí sus pasos acercándose a mi, luego su mano alzando mi mentón.
- Debes acostumbrarte a que te toque- añadió mientras yo sentía mis mejillas enrojeciendo a un nivel preocupante.- Me refiero a que te tome de la mano, te abrace, te bese.
- No puedo- susurré bajito.- Yo...- titubeé- yo no sé cómo ser con un chico, Aslan.
Nos miramos en silencio unos segundos. Yo completamente avergonzado y él con esa mirada extraña, cuando fruncía el ceño y parecía especialmente concentrado en algo.
- ¿No puedes simplemente dejarte llevar?
- No- respondí casi al vuelo. Aslan rodó los ojos.
- Incluso eres cabezotas hasta para esto.
- Además yo no sé actuar- añadí mirándolo ofendido. ¿Por qué insistía tanto en decir que yo era cabezotas?
- De eso ya me di cuenta hoy, hace un rato parecías un conejo asustado.
- ¿Quieres dejar de insultarme? - pregunté disgustado.
- Cierra los ojos.
- ¿Qué?
- Cierra los ojos.
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Tres mil millones de latidos
RomansaEiji jamás ha logrado entender por qué el ceño de Aslan esta así de fruncido cada vez que lo mira... esperen, sólo la ha mirado fijamente dos veces en todos los años que llevan siendo compañeros... y pareciera que quiere asesinarlo con la mirada, ¿Q...