Capítulo 21

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HELL.

Una semana después.

Bajo la cabeza aun sintiéndome avergonzada por mi comportamiento de la semana pasada cuando veo a mamá y al bisabuelo George acercarse a mí, luego de pedirles disculpas a ambos y contarles que la abuela me llevó con una amiga suya después que me fue a buscar al jardín de niños cuando la llamaron, mamá se puso tan furiosa que sus colmillos salieron tanto que estuvo a punto de marcharse a buscar a su madre para vengarse por lo que me hizo.

Por poco y no logran contenerla, porque en ese momento descubrimos que el poder de mi madre es la súper fuerza e implantar pesadillas, sino fuera porque el bisabuelo hace uso de sus poderes, mamá se habría escapado y cometido una locura que la pondría en peligro de forma innecesaria.

Que él hiciera eso y le dijera que se pondría a buscar a una hechicera para que rompiera el hechizo que pusieron sobre mí, mamá se calmó un poco. Pude comprobar en ese instante que de ella fue que heredé este carácter de mierda y Arthur se sintió muy complacido de ver a mi progenitora en ese estado de sobreprotección conmigo.

Me sentí tan bien en ese instante por ver la evolución de mi madre, pasó de ser una mujer asustadiza a una que es capaz de cargarse al mundo entero en busca de venganza y lo mejor y peor de esto, es que yo la acompañaría y le brindaría apoyo.

—Mamá, abuelo George, buenas noches —les saludo a ambos y compartimos un breve abrazo antes de unirme a ellos en el recorrido que hacemos cada noche desde hace una semana que estamos en el clan—. ¿Qué planes hay para esta noche?

El abuelo George está al tanto ya de que Arthur y yo también somos una pareja destinada y se puso muy contento porque desde hacía más de sesenta años en el clan nadie encontraba a sus respectivas Almas, así que estamos haciendo los preparativos en conjunto con el clan Youngblood para hacer una gran fiesta en celebración del reclamo y de la unión de los dos clanes una vez más.

—Esta noche no haremos nada, solo conversar. Además, quiero presentarles a mi Alma ahora que llegó de visitar a su clan —responde con una sonrisa en los labios—. Está muy emocionada por conocerlas y más porque son descendientes de Theodore que, aunque no lo diga, es su hijo favorito y el que menos dolores de cabeza le ha dado.

Mamá y yo soltamos una risita y el abuelo entrelaza sus brazos con los de nosotras, ya que estamos una a cada lado suyo. Nunca imaginé que este señor de más de dos mil años fuera tan amable y cariñoso con nosotras y con todos los familiares que hemos conocido estos días y que todos fuesen como él en ese sentido, se nota que se quieren mucho y son una familia unida.

—Papá hablaba muy bien de la abuela cuando mis hermanos y yo estábamos pequeños, decía que moría por traernos a conocerla, pero mamá nunca lo permitió —dice mamá con un poco de tristeza, todos ya están al tanto de lo que nos hizo la abuela en complicidad con el tío Edward, el hermano mayor de mi madre y el clan planea vengarse—. ¿Qué ha pasado con papá en los últimos veinte años? Desde que llegamos solo hemos conversado unas dos o tres veces y si acaso diez minutos, creo que me está evitando.

George suelta un suspiro cargado de cansancio y niega con la cabeza como si hablar del tema lo entristeciera o le causara cansancio.

—Theo siempre se sintió culpable por dejarte sola con el monstruo de tu madre y es esa misma culpa la que no lo deja acercarse a ti —contesta con un tono de voz triste—. Esto lo sé porque después de tantos años se atrevió a contarme todo en vista de que ustedes habían llegado hasta acá y que no está en sus planes marcharse pronto.

Los tres nos quedamos en silencio y no decimos algo más, el abuelo también la ha pasado mal con todo esto, de alguna manera, todos hemos sufrido por culpa de mi abuela y no hay nada que se pueda hacer para cambiar el pasado.

—Dígale a papá que nada de lo que vivimos fue su culpa, que fue un gran padre y que a su manera hizo lo mejor que pudo en su momento por protegernos y que lo perdono —murmura mamá al cabo de unos minutos—. Que lo perdono por no haberme buscado ni una sola vez desde que se fue y que estamos en paz, que me encantaría abrazarlo y decirle lo mucho que lo extrañé.

El abuelo me suelta y envuelve a mamá en un cálido abrazo, susurrándole que todo va a estar bien y que ya no se tiene que preocupar porque esa señora nos vuelva a separar y nos haga daño, que él nos protegerá y que ya no estamos solas.

Verlo en esa faceta tan protectora me hace pensar en lo lindo que hubiera sido tener un padre como él cuando era una niña y lo mucho que habría amado que eso ocurriera, donde sea que se encuentre mi progenitor de nombre desconocido, espero que esté descansando en paz.

—No tienes que decirme nada, papá. He escuchado todo y joder, ya no quiero perder más tiempo con mi hija y mi nieta, todo lo contrario, me encantaría recuperar el tiempo perdido —dice el abuelo Theodore tomándonos por sorpresa, porque ninguno lo escuchó llegar—. Te extrañé como un loco durante todos estos años, Britney y no había un minuto en el día en el que no me preguntara si te encontrabas bien y si habías tenido el bebé que llevabas en tu vientre la última vez que nos vimos. Realmente no sé qué le sucedió a Lena ni me di cuenta de lo mucho que cambió hasta que fue demasiado tarde y asesinó a ese pobre chico que tuvo la desgracia de cruzarse en tu vida y cuando me amenazó con asesinarte a ti también si no desaparecía de sus vidas y las hizo pasar tantas carencias materiales cuando mensualmente depositaba mucho dinero en su cuenta para evitar eso. Lena James me dio una familia y también la destruyó haciéndonos mucho daño en el proceso.

Ahora es nuestro turno de abrazar al abuelo Theo y hacerle saber que todo está bien ahora que estamos juntos y que nadie nos va a poder separar ahora.

—Te amo tanto, papá y no sabes cuánta falta me hiciste todos estos años. Anhelé verte una vez más, huir de esa casa maldita y llevarme a mi hija de allí —murmura mamá con la voz enronquecida por el llanto—. Era la prisionera de mamá y sin yo tener la mínima idea de cuál es el pecado o crimen que estaba pagando y que lamentablemente salpicó a mi hija. Me sentí tan impotente durante estos últimos veinticuatro años, ni siquiera pude llevar a mi hija al jardín de niños o a la escuela siquiera una vez, porque mamá me juraba que si intentaba salir de casa asesinaría a Hell, así que no tuve más opción que dejarla hacer conmigo y con ella lo que le vino en gana con tal de protegerla del monstruo que vivía con nosotras bajo el mismo techo.

Secretos Oscuros © [LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora