HELL.
Camino con rapidez dentro de mi habitación en un intento de dejarla un poco decente antes de marcharme a trabajar, porque si no a mamá le dará un infarto cuando entre a buscar mi ropa sucia para llevarla a la lavadora, cosa que hace a diario pese a que le diga que no es necesario y que puedo hacerlo por mí misma.
Eso es lo malo de vivir con tu madre cuando ya eres un adulto, no respeta tus decisiones y te trata como si fueses un niño de dos años que no puede valerse por sí mismo. Amo a mamá y todo lo que hace por mí, pero a veces resulta siendo excesivo, invasivo y asfixiante.
Dejo el desorden casi tal y como estaba, por lo menos ya la habitación no luce como si le perteneciera a una loca, me importa poco si decide darme un sermón cuando regrese a casa en la noche, no es como si fuese la primera vez que lo hace o la última que lo hará mientras viva aquí y es mejor que se acostumbre a eso, a que jamás dejaré de ser un caso perdido.
Me acerco al espejo y compruebo que mi ropa luzca perfecta, así como mi maquillaje y cabello, hoy es mi primer día de trabajo en la empresa Bloodflowers como secretaria del CEO de la misma y no quiero darle una primera mala impresión a mi jefe.
Me guiño un ojo y sonrío, me veo preciosa y es algo que nadie puede negar, me coloco el prendedor con el logo de la familia Ainsworth, mi familia, en la blusa y tomo mi cartera y guardo en ella mi celular y la tableta electrónica que me proporcionó la empresa el día de ayer para que la utilice como agenda digital para así mantener en orden el cronograma del día del CEO.
Verifico que mi billetera tenga dinero suficiente, esté mi DNI y la licencia de conducir. Perfecto, ahora sí puedo irme a trabajar, cuando llegue compro un buen filete de carne para desayunar que esté en el término de cocción rojo inglés, o sea, casi crudo, así siento que lo disfruto mucho más.
El olor del desayuno que está preparando mi mamá junto a la abuela me revuelve el estómago y no de la mejor manera posible, siento que en cualquier momento podría vomitar y no es porque sea algo asqueroso o repulsivo lo que estén preparando, sino que hay días en los que mi organismo rechaza de manera rotunda ciertos alimentos y es tan así que ni siquiera soporto su aroma y solo puedo y deseo comer carne casi cruda o morder a las personas porque su olor me parece más atractivo, cosa que me llena del más puro terror.
¿Qué está mal conmigo? ¿Por qué hago esas cosas? ¿Por qué las siento? ¿Por qué las deseo? Cuando le pregunto a mamá o a la abuela si saben las respuestas a mis cuestionamientos, se ponen nerviosas y cambian el tema de conversación o simplemente se levantan y se marchan, confirmándome que sí las conocen, pero que no desean contestarme y yo no soy nadie para exigir que lo hagan pese a que me competa el tema.
Abro la puerta de mi habitación y contengo la respiración al llegar a mi nariz el olor mucho más concentrado del desayuno, ocasionándome fuertes arcadas que siento que el cualquier instante voy a vomitar el vaso de agua que me tomé si no salgo ya de aquí.
Me acerco con rapidez hacia las escaleras y las bajo con celeridad, ni siquiera me acercaré a la cocina a despedirme de las mujeres de mi vida, ellas comprenderán.
Desde hace un tiempo estos extraños síntomas se han hecho mucho más fuertes y me da miedo terminar cometiendo una locura, no quiero convertirme en una caníbal o una loca psicópata que disfruta comer personas.
Atravieso la sala de estar como alma que lleva el diablo y abro la puerta como si mi vida dependiera de eso, cierro detrás de mí y avanzo hacia el estacionamiento en busca de mi viejísimo auto para marcharme de una vez por todas a la empresa, estando allá será que ordene el desayuno o simplemente espere a la hora del almuerzo, no quiero causar una primera mala impresión y que mis compañeros piensen que por dormir demás no me dio tiempo de hacerlo en casa.
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Secretos Oscuros © [LIBRO I]
FantasiaLibro 1 de la bilogía Oscuros. Enigmático, cautivador, inteligente y sexy. Sí, así es mi jefe Arthur Youngblood, el CEO de Bloodflowers. Cuando sonríe pone mi mundo de cabezas y en el momento en que me observa, lo hace como si me quisiera comer y di...