Capítulo 32

87 12 0
                                    

HELL.

Astaroth me exhibe delante de todos los invitados a nuestro profano matrimonio como si fuese un trofeo, paseándome delante de todos hinchado de orgullo como un pavo real y yo solo quiero hacerme pequeñita y desaparecer, no quiero estar aquí o estar, pero asesinándolo a él y que esa sea la atracción principal y no yo.

Me siento como animal de circo.

Muchas de las mujeres que Astaroth me señala en la fiesta que están acompañando a demonios de alta jerarquía, son mis familiares lejanos que han sufrido el mismo destino que yo: ser vendidas a demonios desde mucho antes de nacer. Sin embargo, él lo señala como algo de lo que enorgullecerse y a ratos lo escucho murmurar para sí mismo que ahora sí se sentía completo por tener a una James como esposa, reduciéndome a un objeto y a una posesión.

Arthur nunca me haría nada de lo que Astaroth sí me ha hecho en la semana que tengo aquí, lo único que deseo es que acabe la maldita fiesta y que mi captor me lleve a mi habitación y se olvide de mí. He tenido suficiente de él como para las siguientes siete vidas que sé que no voy a tener.

Lo segundo que deseo es cerrar los ojos para encontrarme en mis sueños con Arthur y ver cómo va todo en mi ausencia, es mi único consuelo ahora que no estoy para presenciarlo. Me encantaría ver que mamá se haya animado a estudiar, a conocer la ciudad y el mundo en general, ojalá que el abuelo o Stephen la estén ayudando monetariamente para que pueda realizar cualquier cosa que se proponga ahora que puede y no es prisionera de mis locos y enfermos familiares maternos.

Así como también deseo ver que Arthur esté llevando lo mejor que pueda mi ausencia, no quiero que la pase mal ni se sienta culpable por no haberme marcado antes. Ninguno de los dos sabía que esto iba a pasar y de cualquier manera es algo inevitable, mi entrega a Astaroth ya había sido pactada desde hacía mucho y por una marca él no se iba a detener, incluso me confesó cuando me violaba que así ya hubiera hecho el amor con mi pareja destinada, él me traería aquí, porque su fascinación hacia mí es más grande que la que ha sentido por otra James.

Que no le hubiese importado ese detalle porque soy la descendiente James más poderosa que ha pisado la tierra jamás, superando al hijo del duque con la humana que embarazó hace más de trescientos años por tener genes vampíricos Ainsworth y no humanos.

—No saben lo que les espera a todos aquí, mi princesa —murmura tan bajo que si no fuese por mis desarrollados sentidos no podría escucharlo—. Juntos vamos a conquistar el infierno y a reinar sobre todos los demonios, seremos imparables cuando te enseñe a utilizar tu poder demoníaco.

Como es costumbre, no contesto y me limito a escucharlo atentamente. Me interesa muchísimo que me enseñe a utilizar mi poder demoníaco para así poder deshacerme de él y de quién sea que intente hacerme daño o apartarme de Arthur. Mi motivación para salir de aquí es verlo a él, a mi madre y a esos familiares que conocí hace poco y que me han dado tanto amor y cariño.

—Querida, allí viene Belcebú y Lucifer, vas a saludarlos con amabilidad, no me hagas pasar vergüenza si no quieres despertar al demonio —me advierte con un tono de voz asesino y me encojo un poco en mi asiento con miedo—. Ahora, sonríe y quita esa cara de espanto ¿o deseas que te la quite yo a la fuerza?

Niego con la cabeza de inmediato y eso lo hace sonreír complacido y acariciarme la mejilla con una dulzura tan falsa que contrasta grandemente con su asquerosa y podrida personalidad. Apenas pueda voy a escaparme hacia la biblioteca a leer todo lo que pueda para aprender a utilizar por mi cuenta mi poder.

—¡Felicidades a los recién casados! —Exclama con alegría Lucifer, observándome con lástima unos segundos para después mirar a Astaroth con reproche—. Eres un animal, Astaroth. La idea era que la follaras, no que volvieras una piltrafa a la pobre, para ser tan perezoso le pusiste mucho empeño al acto, eh.

Secretos Oscuros © [LIBRO I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora