ARTHUR.
Pese a haber sido quién hiciera la propuesta de ir al clan de mi dulce Shayden a reclamarla como mi pareja destinada tal y como demandan las leyes vampíricas, me siento aterrado y ella lo notó gracias al lazo que nos une.
Le ruego a los dioses que todo salga bien y que no se compliquen las cosas cuando baje del auto y me vean, por eso les pedí a todos que estén alertas y hagan uso de las habilidades que les fueron otorgadas con su inmortalidad, me sentiría culpable si algo les sucediera por venir conmigo.
Las dos horas que les había dicho en un principio a madre e hija se redujeron a una desde que comencé a conducir a alta velocidad, viéndome en la obligación de ir desacelerando poco a poco desde que se comenzaron a ver las edificaciones del clan.
Pese a estar escondido el lugar entre las montañas, aquí arriba esto luce como una ciudad, desde hace un poco más de cien años que no estaba aquí y todo luce tan diferente, definitivamente, al clan Ainsworth le ha ido muy bien y se han vuelto más prósperos de lo que ya eran.
Imagino que el clan se reagrupó para estar tan inmenso esto.
—El clan ha crecido tanto desde la última vez que estuvimos aquí que no lo reconozco ni un poco, en definitiva, esto no es ni la sombra de lo que alguna vez fueron, Arthur —musita después de abrir los ojos al escuchar y olfatear a innumerables vampiros a nuestro alrededor y hacérnoslo saber—. Roguémosles a los dioses para que no nos desamparen y todo salga bien, porque de lo contrario nos aplastarán como a simples mosquitos, creo que debimos consultar esto con nuestro clan antes para venir con refuerzos, pero ya estamos aquí y pedir ayuda sería en vano, estamos a más de cuatro horas de Seattle.
Hell y mi suegra tragan con dificultad debido a las palabras de mi hermano y mi chica le tiende a su madre una bolsa de sangre para que se alimente junto con ella, por otra parte, mi hermano agarra una para él y una para mí, debemos estar fuertes y muy bien alimentados.
—Todo va a estar bien, Arthur —dice mi suegra con ese tono de voz reconfortante que utilizan las madres con sus hijos para calmarlos y eso me relaja un poco, ese es un poder secreto y muy único que tienen todas las mamás—. Estamos aquí con ustedes y eso puede que los beneficie, no nos separaremos nunca para evitar que pueda surgir algún conflicto y tú Stephen, evitarás ser estúpido e impulsivo si no deseas que tu hermano muera, han sido superados en número y fuerzas al ser los miembros de mi clan poseedores de poderes psíquicos.
Hell no dice nada, pero se mantiene con la vista fija en mí, por ella debo ser fuerte y contar mi versión de los hechos de lo que sucedió en esa pelea clandestina, en aquella ocasión mi familia me silenció como de costumbre y no me permitieron hablar como si ellos hubieran estado allí viendo lo que sucedió, creyéndose dueños de la verdad absoluta cuando nunca ha sido así.
Estoy agradecido por la tregua que pactaron y por la cual mi cabeza se ha mantenido en su lugar, pero desde hace mucho soy un vampiro adulto que puede cuidarse por sí mismo, si les digo lo que sucedió y un vampiro de los suyos que posee ese raro poder de buscar en la mente algún recuerdo y relatarlo tal y como lo vio corrobora mis palabras, creo que puede arreglarse la situación.
Por mi Alma gemela todo debe de salir bien, no quiero morir y dejarla sola y menos sabiendo que no voy a volver a nacer, que no existen las segundas vidas y que ella estará condenada a vivir una eternidad de sufrimiento sin mí.
Porque una vez que dos Almas se encuentran y son separadas a la fuerza, ya sea por la muerte o por estar separados físicamente por la distancia, sus cuerpos resienten la separación y comienzan a sufrir horribles dolores físicos, depresión y puede que hasta sufran del síndrome de abstinencia involuntaria.
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Secretos Oscuros © [LIBRO I]
FantasíaLibro 1 de la bilogía Oscuros. Enigmático, cautivador, inteligente y sexy. Sí, así es mi jefe Arthur Youngblood, el CEO de Bloodflowers. Cuando sonríe pone mi mundo de cabezas y en el momento en que me observa, lo hace como si me quisiera comer y di...