022 | Drabble

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La gira de Tokio Hotel había terminado, los chicos volvieron a Alemania y tendrían un par de meses libres sin presentaciones, entrevistas o algo parecido, se lo merecían después de tan exitosa gira

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La gira de Tokio Hotel había terminado, los chicos volvieron a Alemania y tendrían un par de meses libres sin presentaciones, entrevistas o algo parecido, se lo merecían después de tan exitosa gira. Mientras que tu novio estaba de gira, quisiste hacerle un pequeño regalo por su llegada.

Hace algunos meses (antes de que se fuera) en una de sus conversaciones profundas después del sexo, el chico te había comentado de tal vez de hacerse otra perforación, mientras él hablaba al respecto, recordabas lo que tu mejor amiga se había hecho por una apuesta con su círculo de amigos, se había hecho las malditas perforaciones de los pezones. Le comentaste un poco al respecto, de broma le preguntaste que pasaría si te hicieras dichos piercings a lo que lo llevo a hacerlo como unas dos veces más, esa noche decidiste que te las harías.

Apenas volvió de la gira, lo llevaste a su habitación y cerraste la puerta con pestillo para que nadie los interrumpiera, además que ya se tenían suficiente confianza como para que los chicos supieran que iban a hacer, aunque pensabas que solo se los mostrarías, pensabas.

- cierra los ojos - el extrañado obedeció - ¿estás listo? -preguntaste

─ si ─ respondió aun con los ojos cerrados.

- ábrelos cuando yo te diga o ya no te mostrare nada, Kaulitz - él sabía que cuando lo llamabas por su apellido era porque la situación era seria.

Lentamente te quitaste tu camiseta para luego desabrochar tu sostén, pero con la diferencia es que lo mantuviste en su lugar con tus manos.

- bien, ábrelos - instruiste y el obedeció. El levanto una de sus cejas en forma de pregunta mientras sonreía moviendo el aro de su perforación.

- ya vi esa lencería - apunto a tu sostén - es una de mis favoritas, pero ¿Qué es lo nuevo? - pregunto mientras apoyaba sus manos en el colchón quedando semi acostado.

- esto - tomaste tu sostén y lo retiraste de ti, mostrando los piercings en tus pezones. Las joyas eran de plata, pero pelotitas que impedían que salieran de donde deben estar eran rosadas pasteles, se veía bonito.

Lo miraste esperando alguna reacción de su parte, su rostro primero mostro sorpresa acomodándose recto nuevamente para sonreír mientras mordía su labio al ver de cerca el nuevo adorno.

- eres una maldita diosa, bebé - se levantó de la cama para cercarse a ti con una mirada llena de lujuria.

Tomo tu cintura fuertemente y te beso lentamente, tus manos fueron a su cuello mientras que las de él abandonaron tu cintura para llevarlas a tus pechos para masajear tus pezones con las perforaciones. El besaba tu cuello aun acariciando el lugar mientras que soltabas pequeños gemidos ante las caricias, los piercings hicieron que te volvieras más sensible en esa zona.

Además, que estabas ovulando.

- Tom, te necesito ahora - tomaste su rostro con desesperación para que ambos se miraran con intensidad.

- oh, no necesitas decírmelo amor - Tom llevo sus grandes manos hasta tus muslos para cargarte mientras sus labios se volvieron a encontrar en un beso desordenado.

Él te tiro a la cama con el sobre tu cuerpo, bajo sus besos de tu cuello a tus pechos, besaba en medio de estos e iba a dirigirse a uno de tus pezones con tu boca, pero un toque muy sutil (por sutil, me refiero a unos estruendos en la puerta) interrumpieron el momento.

- SI NO SALEN DE HAY LOS SACARE A AMBOS DE LAS MECHAS -

Twins Kaulitz | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora