En los límites de sureste de Asgardr en una motaña nevada estaba situado el templo samurai. Aquel dia el maestro Zatoichi paseaba por un sendero de la montaña junto a su talentoso aprendíz Gamaliel.
Gamaliel media 1,69 y tenia solo 16 años pero ya había demostrado su talento con la katana y el arte Bushido en más de 20 torneos por eso mismo el mismísimo rey Freyr lo habia llamado a filas. El rey le escribió en una carta: "La nación entera necesita los servicios de tu persona para defender al pueblo de la guerra que se avecina".
La carta era muy larga pero solo esas palabras sirvieron para convencer a joven samurai y eso sin contar la cantidad de dinero que ganaría.
Zatoichi aconsejaba a su alumno que no tuviera ni dudas ni temor en la batalla pero que tampoco fuera confiado porque no es lo mismo un duelo de uno contra uno que una guerra de tal envergadura.
Zatoichi y Gamaliel llegaron a una catarata congelada donde extrañamente el agua congelada formaba la entrada a una cueva. Zatoichi le entregó a su aprendiz una armadura de samurai de un color negro con diversos dibujos de dragones rojos. Gamaliel se sorprendió desde pequeño solo había tenido una katana normal y corriente y su maestro le regaló una katana especial.
La katana tenia la empuñadura de un color blanco brillante y tenia una palabra inscrita
" Mercurio". Su maestro le explicó que armadura perteneció a un samurai cazador de dragones y que estaba echa de la fibra de las pieles de esos seres además la espada haria que su velocidad se multiplicase por 3.Gamaliel guardo la espectácular armadura en su bolsa de viaje y se ajusto sus dos katanas a su cinturón.
El joven pasaría la noche en el pueblo de Akita que estaba bajo el manto de la blanca montaña y a la mañana siguiente partiría hacia la capital del reino Midgardr.
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Leyendas de fuego y oscuridad
FantasyDespues de que cesará la cruzada demoníaca contra los dioses originales. Nanashi una bestia portadora de bondad que se es la responsable de proteger la entrada al infierno acaba siendo poseida por un extraño espectro. Y sin poder controlarse acaba...