Baile de espadas #37

209 44 3
                                    

Pasaban los minutos y el silencio que invadiá el campo de batalla desde hace unas horas habia sido invadido por el sonido que se produce cuando chocan los filos de las espadas.

Miguel acaba de decapitar a uno de esos supuesto semidioses y se preparaba para enfrentarse con uno de los dos que aún estaban de pie. Memnón, Él de la espada gigantesca se propuso voluntario para ser su siguiente contrincante.

A pocos metros de ellos se estaba sucediendo una gran batalla y la oscuridad de la noche era iluminada por unas llamaradas que salieron disparadas hacia Miguel.

Miguel se desplazó entre ellas y golpeó con la palma de su mano en el pecho de Memnón lanzandolo contra la pared rocosa de uno de aquellos acantilados.

Memnón quedo incrustado en la pared rocosa y entre temblores su mano agarró la empuñadura de su espada y la desenfundó apuntando con ella a Miguel.

Memnón preparó una veloz estocada pero Miguel la esquivó con una acrobacia y acabó subido sobre el filo de la espada.

-Ja ja ja ja demasiado lento - dijo Miguel antes de hacer que la cara de Memnón chocara contra el frio suelo usando su tacón.

Memnón se levantó enfurecido con la nariz ensangrentada y intentó cortar a Miguel por la mitad pero el misterioso jóven bloqueó el ataque con un puñetazo y en la cara de Memnón se produjo un gran corte a causa de su propia espada. Por la potencia del bloqueó de Miguel la espada de Memnón acabó cortan su cara.

Memnón dolorido con la cara llena de sangre apuntó con su gran espada hacia el cielo y susurro "Baile de espadas". Entonces su cuerpo se envolvió en un destello de una luz más blanca que la nieve.
Su espada se dividió en varias pequeñas espadas de energía que flotaban en el aire a su alrededor.

Las espadas de energía atacaron por si solas a Miguel que las conseguía esquivar a duras penas. Algunas de ellas producienron pequeños cortés profundos en los brazos de Maikel que a pesar de su velocidad casi no podia esquivar las estocadas.

Tras un terremoto Miguel comenzó a sentir una poderosa energía en el frente donde se estaba produciendo la gran batalla. Habian pasado muchos años pero sabia de que era esa energía.

Miguel concentró su energía en sus piernas para aumentar su velocidad y entre estocada y estocada le golpeó fuertemente a Memnón en la espalda.

A lo lejos se escuchó un rugido los dos contrincantes se miraron fijamente y tras un salto se elevaron en el aire para acabar él uno con él otro pero en el mismo instante en el que iban a atacarse entre ellos pasó volando un dragón de color azul. La fuerza del batir de las alas del dragón lanzó a los dos contra el suelo dejandolos aturdidos.

-Pensaba que estabas muerto. Ya veo que tus antiguas heridas de guerra no te permiten usar ni un 6% de tu poder pero espero que aún así estes a la altura de tu leyenda-
Le dijo el dragón a Miguel mediante telepatía.

-No sé de que hablas...pero te aseguro de que este no será mi final- Le respondió el jóven al majestuoso dragón azulado.

Miguel alzó su vista y vio con el destello de una de las espadas estaba a punto de apagar la llama de su vida pero le dio tiempo para lanzar su hechizo "Nixie". Su cuerpo se volvió traslucido solo por un minúsculo momento lo suficiente para que la espada le atravesara como si fuera una fina capa de agua pero sin causarle ningún daño.

Miguel suspiro aliviado los cortes de sus brazos seguian sangrando pero no llegaban a ser graves. Miguel decidido con acabar con su contrincante preparó un último y decisivo ataque.
Comenzó una carrera contra Memnón esquivando las espadas con movimientos veloces y complicados.

Una de las espadas se clavo en el hombro de Miguel y las demás iban en el mismo camino pero antes de ser alcanzado Miguel golpeó varias veces en el pecho de su enemigo haciendo que se le parase el corazón durante unos segundo y así consiguió hacer desaparecer las espadas que tras el último impacto volvieron a su forma original.

Miguel se fijo en la gravedad de la heridad de su hombro pensó en un ultimátum. Estampó su rodilla en la cara de Memnón y lo continuó girandole la cabeza hasta que no pido girar más y la carne de su cuello se desgarró.

Ahora solo quedaba uno .

Leyendas de fuego y oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora