Prefacio

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Como siempre bienvenidos a esta nueva aventura, nos volvemos a encontrar con el genero que mas adoro escribir, ha sido un largo tiempo lejos de la plataforma pero al fin estamos de vuelta, no seré culpable de su amor hacia Santo porque de bueno solo tiene el nombre...

 ¡¡Disfruten de la lectura!!. 


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Santo

Roma, Italia

Hora local: 3:00 pm

Dejo a un lado los documentos que me ha traído uno de mis hombres. He tratado toda la semana de convencer a nuevos proveedores para poder enviar un cargamento hacia Madrid, la policía nos había ocasionado problemas la última vez cuando metieron sus narices donde no debían, pero aquello era un problema del que ya me había encargado personalmente.

—Ha salido perfecto mi señor, dentro de unos días todo estará listo para partir hacia Madrid —dice él mientras me regala un aplauso—. La familia Cappelleti ahora es una de las más poderosas de Italia.

Me levanto del mueble y sonrío para palmearle el hombro.

—Seremos la más poderosa del mundo, aunque es un deseo bastante ambicioso para alguien como yo ¿no lo crees Roberto?

—Claro que no señor, alguien como usted puede tener el poder en sus manos si lo desea. Su abuelo no se equivocó en elegirlo para el cargo.

—¿Sabes? este trato con los nuevos proveedores amerita una celebración, en menos de una semana haré un viaje a Sicilia y no me gustaría irme sin celebrarlo antes.

—Me encargaré de alquilar el lugar más exclusivo de Roma para dicha celebración, el mejor licor, las mejores mujeres, la mejor atención para esa noche.

El sonido de la puerta abrirse nos hace detener nuestra conversación, mi abuelo atraviesa todo el camino del despacho hasta llegar a mí.

—Santo ¿tienes un momento para mí? —pregunta él.

—Claro que si nonno.

Roberto se retira de allí al poco tiempo dejándonos solos a ambos, me regreso a la silla y dirijo mi vista de nuevo a los papeles que tenía hace unos momentos en mis manos.

—¿Qué es lo que deseas decirme? —le pregunto.

Mi abuelo toma asiento en la silla de enfrente mío.

—Leonardo Ferreti ha muerto.

—¿Ferreti? —enarco una ceja—. ¿Acaso ese no era tu viejo amigo de infancia de Portofino?

—No era mi amigo —dice él—. Era mi mejor amigo, y ha muerto hoy, no me he podido despedir de él debidamente.

—Lo siento mucho nonno, haré que envíen la mejor corona de flores para su funeral.

Sigo concentrado en mi trabajo hasta que mi abuelo me los quita con brusquedad de las manos.

—No estoy aquí para decirte de la muerte de Leonardo, he venido aquí porque quiero que hagas algo por mí.

—¿Algo por ti?

—Algo muy importante que le prometí hace años a Leonardo, ha llegado mi turno de cumplirlo.

—¿Por qué ahora ese amigo tuyo es tan importante? —me causa curiosidad que mi abuelo se refiera a él ahora, hace mucho tiempo que no le escuchaba mencionar de él y para ser honesto mi abuelo no es un tipo de muchos amigos a su lado—. Has dicho que ha muerto, siento pena de sus seres queridos, o bueno si es que le ha quedado alguno.

La Tentación de lo Prohibido (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora