Capitulo 35

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Gemma

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Gemma

Alyna se ha quedado a mi lado en aquella habitación. Se ha encargado de cuidarme en los últimos días en los que santo se ha ausentado, aún es muy ponto para abandonar la clínica y para regresar a Roma.

Sé que no estamos seguros en Madrid, y no lo estaremos hasta que la confrontación entre los Cappelleti termine, el único consuelo a todo el sufrimiento y el daño que Marcello y Raffaelle han hecho es tener entre mis brazos a mi bebé.

—Mira que cosa más bonita tengo en mis manos —Alyna menea el pequeño mameluco con figuras de osos en sus manos—. Y es de color verde manzana, Santino se verá precioso en él.

—Creo que se ha quedado dormido —le respondo cuando lo acomodo entre las sabanas—. No sé si este haciéndolo bien Alyna.

—¿De qué hablas? —pregunta ella.

—De ser madre —suspiro—. De proteger a mi bebé, temo fallarle.

—¿De qué hablas Gemma? Nunca he visto a una mujer tan valiente como tú.

Tomo un fuerte respiro.

—Aun me cuesta dormir por las noches, todas las noches veo a los hombres de Raffaelle siguiéndome, tengo mucho de que puedan hacerle daño al bebé, de que puedan llevárselo, no sabes lo horrible que se siente.

Ella deja a un lado las cosas para abrazarme.

—¿Sabes? eres tan fuerte y valiente que pudiste lograr que tu bebé regresara, fuiste tú quien sostuvo fuerte su mano pidiendo que no se fuera de tu lado. ¿Ahora sabes que tan grande es tu amor por las personas que quieres?

Limpio mis lágrimas.

—Trabajaste por meses por el bebé, intentaste ser fuerte pero pida escucharte llorar por las noches, te vi en más de una ocasión hablándole al bebé, seguiste con tu vida a pesar, del dolor, aguantaste a esos hombres, soportaste las malas noticias del médico. Todo eso lo hiciste tu sola Gemma, no te rendiste a pesar de las circunstancias, nunca te diste por vencida. Hiciste de tu dolor un escudo. No podría estar más orgullosa de ti, eres una buena persona, una excelente madre, y una mujer grandiosa. Ahora entiendo el miedo de tu esposo.

—Santo ha empezado con su venganza. No se detendrá, hay un fuego en su interior muy difícil de apagar. Su corazón arde en llamas. Le duele no haber hecho nada por nosotros.

—Lo sé cariño.

—Se siente culpable por lo que sucedió, no hay forma en que pueda convencerlo de que no tengo ningún sentimiento que no sea amor por él, lo que sucedió entre los dos en el pasado ha quedado en el pasado. Ambos sufrimos las consecuencias de ir en contra de las reglas, escapamos creyendo que estábamos haciendo lo incorrecto, nos casamos creyendo mentiras, estuvimos dispuestos a todo con tal de estar juntos. Y la consecuencia de ese amor fue tener a Santino con nosotros.

La Tentación de lo Prohibido (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora