Capitulo 30

2K 282 48
                                    

Gemma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gemma

Camino sin rumbo por el pasillo del hospital, no puedo seguir adelante. Ya no lo soporto. Me he rendido, no puedo seguir con mi vida. Me derrumbo a las afueras del hospital me aferro a mis piernas llorando con aquella ecografía en mis manos. Se supone que las cosas serían de otra manera, se supone que debería ser feliz, duele, quema mi corazón saber que estoy nuevamente sola.

—Gemma —escucho la voz de Alyna a mis espaldas—. Por Dios no has dejado de llorar desde que te encontré, cálmate ¿si?

—No tengo a nadie, no tengo a nadie —susurro.

Ella se hace a mi lado para ofrecerme su mano.

—Levántate de ahí, no es bueno llorar. Le hace daño a tu bebé, ellos sienten todo.

No me quedan fuerzas para continuar, ya no me queda nada.

—Piensa en el niño que tienes en tu estómago, no estás sola. Puedo ayudarte si quieres.

Me limpio las lágrimas con las muñecas y me levanto de allí.

—No sé por lo que has pasado, pero debes pensar en el bebé antes que todo, no puedes rendirte.

Me rodeo el vientre con mis manos y cierro mis ojos por un par de segundos. Aun no puedo creer que esté embarazada, se supone que sería una noticia feliz, y ahora se ha trasformado en lo más triste para mí porque no tengo al hombre que amo a mi lado.

Debo seguir, debo tratar de continuar con mi vida. Debo ser fuerte...

—Me he quemado Alyna, mi vida se quemó por completo, mi alma arde. Tan doloroso...

—Dime lo que te sucedió, puedo ayudarte. No le diré a nadie.

Mi vista se fija en una esquina del hospital hay un auto estacionado con algunos hombres, estoy segura que se tratan de los matones de Raffalle Cappelleti, él dijo que me seguirían y me estarían vigilando.

—Vete Alyna, no puedes estar cerca de mí, muchas gracias por ayudarme.

Me alejo de ella dándole la espalda pero aquello no basta para que me siga y junto a ella los tipos.

—Por favor vete, vas a meterte en un gran problema si me sigues.

—¿Estás loca mujer? ¿Cómo voy a dejarte aquí en una ciudad que no conoces, sola? Acepta la ayuda.

Los hombres cada vez se acercan más, trato de caminar tan rápido como mis piernas me lo permiten, debo huir, de ninguna manera pueden enterarse de que estoy embarazada, pero puede que ya lo sepan y se lo hayan comunicado a ese hombre.

—De quien huyes, ¿qué sucede? —pregunta ella asustada mientras la jalo para escondernos.

—No hagas ruido —le pido.

—Me estas comenzando a asustar, ¿Qué quieren esos tipos? ¿Por qué nos siguen? —mira a todos lados asustada.

—Señorita Gemma —un hombre nos interrumpe, uno de los espías de Raffaelle ha logrado dar con nuestro escondite—. Por favor venga con nosotros —me pide.

La Tentación de lo Prohibido (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora