Capitulo 21

2.8K 326 94
                                    

Santo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Santo

Observo la figura de Gemma a mi lado mientras lucho por mantenerla despierta pero aquello no ha funcionado apenas puede abrir sus ojos, ha resultado gravemente herida por culpa del maniaco de Marcello, y no puedo dejar de sentirme culpable por no haber podido hacer al antes por prevenirlo.

—Gemma ¿me escuchas? —la toco suavemente en su hombro ella apenas lucha por respirar—. Escúchame no voy a dejar que mueras, voy a arreglar todo, solo... —las palabras se me cortan nunca había estado tan desesperado y asustado por alguien—. Solo resiste, te prometí que te protegería, lo estoy haciendo ahora.

—Santo —susurra tomando mi mano en la suya.

La sostengo fuerte, nunca la soltaré.

—Aquí estoy, vas a estar bien —le respondo.

—Mi collar, lo he perdido, él lo tiene.

—Tranquila lo traeré de vuelta.

—Llévame a casa, solo quiero estar en casa.

—Claro que lo haré mi cisne, voy a llevarte a casa, vamos a ir los dos, prometo que voy a sacarte de aquí, no vas a vivir ningún infierno de nuevo.

—Solo quiero ser feliz —aprieta con fuerza mi mano.

Lucho por no derramar las lágrimas.

—Perdóname Gemma, nunca debí traerte a la casa, nunca debí pensar en esa posibilidad, he sido el culpable de todo lo que has pasado en la casa, yo...

—Tú me has hecho feliz —dibuja una media sonrisa—. Te has convertido en lo único que me queda en la vida —lucha por hablar.

No puedo perdonarme haberla traído al juego macabro que mi abuelo planeaba junto a Marcello, ahora estoy asustado de perder a la única mujer que he querido desde que nací.

—No hables mucho, descansa.

Conduzco tan rápido como puedo por la carretera, Roberto me ha seguido el paso detrás, le he pedido que se encargue de recoger al maldito de Marcello que al parecer se ha salvado y no ha tenido heridas de gravedad como ella, pero no es algo de lo que me deba preocupar porque lo mataré en cuanto lo tenga enfrente. Los minutos parecen hacer eternos rumbo al hospital así que cuando llego y aparco el auto, bajo de este para correr como un desesperado por los pasillos pidiendo ayuda. Las enfermeras llegan al poco tiempo, se encargan de ponerla sobre una camilla y solo siento su mano separarse de la mía mientras es ingresada a urgencias.

Me quedo afuera de la sala de espera, aguardando a que puedan salvarla. Roberto aparece casi enseguida en mi campo de visión.

—Mi señor, el señor Marcello ha sido ingresado a una sala también, va ser revisado y...

—¿Está vivo?

—Sí, tiene heridas superficiales, dicen que al parecer se ha roto un brazo.

—¿El maldito solo se ha roto un brazo? —cuestiono furioso—. ¿Sabes lo que le sucedió a Gemma? Sabes el estado en el que la encontré? ¿En el cual ha entrado a urgencias?

La Tentación de lo Prohibido (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora