ASHTON
Uno, dos y tres.
El silbato se escuchó en ese instante y en seguida me impulse hacía adelante para interponerme a que mi contrincante se acercase al balón que tenía Jared, quien en ese momento estaba asimilando a quien debía lanzárselo, siendo él quien daría las estrategias.
Mientras tanto, yo empuje a mi contrincante con fuerza, lo suficiente para hacerlo caer al suelo al mismo tiempo que Jared lanzó el balón al running back quien empezó a correr con velocidad sobre el campo.
Me encaminé hacía él, decidido a evitar que la defensiva no tocara al jugador que estaba a punto de marcar puntos, mi ritmo cardiaco aumentaba mientras corría como un depredador decidido a atacar a la presa.
Podía sentir la adrenalina correr en mis venas y me comprometía a dar lo mejor de mí en cualquier jugada, salte contra uno de las ofensivas que resultaba ser Mark, este se vio sorprendido por mi ataque sorpresa y cayendo al suelo me miro con los ojos entrecerrados mientras fingía estar adolorido y quejándose.
—Eso no se vale. —dijo con los ojos cerrados.
Deje que una pequeña sonrisa apareciera en mis labios y ofreciéndole una mano le ayude a levantarse.
Fue en ese momento que el entrenador grito con fuerza:
—¡Touchdown!
Me di cuenta que mi grupo habían llegado a la meta en un rápido movimiento, dándome cuenta también que la estrategia que le había dado a conocer a Jared había funcionado, aunque el entrenador no supiese de este cometido.
—¡A si se hace mis niñas! —exclamo Harper emocionado—. ¡Quiero que en los siguientes partidos muevan sus traseros de esa manera!
—La forma da alagarnos de Harper no me dejan muy convencido. —dijo Mark a mi lado mientras se quitaba el casco protector.
—Y créeme, es lo mejor que vas a escuchar de él. —conteste siendo consciente que en ese momento el entrenador venía hacía nosotros.
—Mark Davis. —llamo Harper a mi compañero a mi lado, quien elevo el pecho con rapidez.
—Dígame señor. —dijo él de forma respetuosa.
—¿Señor?, ¿acaso me ves con un bastón hijo de papi y mami? —exclamo con el ceño fruncido.
—No señor.
—Si eso quedo claro, te recuerdo que estamos en una cancha del futbol americano y que estas usando el uniforme de los Tigres mientras practicas con ellos —hablo con autoridad, aunque todos mis compañeros atrás no se lo tomaban en serio mientras se reían de Mark, quien estaba siendo expuesto sin que se diese cuenta—. Así que te hago la pregunta, ¿Por qué carajos te dejas bloquear fácilmente?
—Perdón seño... perdón entrenador, no volverá a ocurrir. —contesto Mark con voz elevada y fuerte como si estuviese en el ejército.
—Más te vale cabeza de coco y solo espero que no te dejes bloquear nuevamente por Ashton. —dijo mirándome esta vez a mi—. Y tú.
Me señalo con determinación e impulsado por su enojo, pero en mi caso no me provoco ningún miedo, pues lo conocía bastante bien para saber que Harper era un poco exagerado y solo le gustaba regañarnos, aunque no hemos hecho nada.
Pero esta vez fue diferente.
—Lo hiciste bien Hunt. —dijo con voz autoritaria, pero bajando el tono mientras continuaba—. A eso se le llama defender al equipo sin importar nada, la ofensiva debe estar atenta en todo momento y cuando vean a su salvador ósea al que tiene el balón correr como niña, deben protegerlo a toda costa. ¡A mí me tiene sin cuidado si se rompen la pierna en el intento, solo quiero que ese balón llegue a la meta o a esas diez yardas, pero prefiero el primero!
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Perfecta Coincidencia |DISPONIBLE EN FISICO|
RomanceGiselle Newman solo quiere venganza y después de un tiempo creando un plan junto a su amigo Chris para lograr su cometido, ingresaran a una de las universidades más prestigiosas de New York donde se encuentra Susan Hamilton, quien es la causante de...