Perfecta Coincidencia |DISPONIBLE EN FISICO|

25. NOCHE DE ESTUDIO

GISELLE

Si tengo que sorprender a alguien, lo hago de la forma más épica.

Y no hay nada mejor que ver a Emma Peters y a mi querida Susan Hamilton tener diferentes expresiones negativas en sus rostros por mi llegada a sus prácticas.

¡¿No era emocionante?!

De nuevo me encontraba asombrando a Susan.

Todas las chicas me miraban consternada, sin esperarse que yo fuese capaz de pisar esos lugares y es que era claro que nadie de la convocatoria había llegado por miedo a los gruñidos de Emma Peters.

Pero se les había olvidado una cosa.

Yo no le tenía miedo.

Les seguí sonriendo con naturalidad, disfrutando de la mirada asesina de la moradita en particular.

Y Susan pues... ella trataba de no verse afectada.

—Bienvenida Giselle Newman. —hablo la entrenadora de hermosa sonrisa y de llamativos hoyuelos.

Iguales a los míos.

—Gracias entrenadora y me alegro que me haya tomado en cuenta.

—Es agradable tener más chicas para participar. —hablo con emoción.

A decir verdad, podía darles a conocer que era la reina de las animadoras sin haberme integrado en los grupos de la preparatorio ninguna ocasión, no era amante de esto y tampoco me llamaba la atención.

Pero amaba bailar y aprenderme cualquier coreografía, así que no me sería difícil hacer estos pasos a la hora de actuar.

—¿Qué hace ella aquí? —preguntó Emma con la voz elevada y con mirada fulminante.

—Giselle supo de la convocatoria y luego de clases me comento que quería integrarse, así que la invite a que viniera. —dijo Hanna con tranquilidad sin darse cuenta que nada de esto le agradaba.

—¡Ella no puede estar aquí! —exclamo molesta.

Hanna le miro confundida.

—¿Pero por qué no?

—Ella no sabe nada de esto —siguió diciendo con enojo—. Debe de iniciar de cero y las practicas están avanzadas.

—Creo que la convocatorio se debía para tener más chicas que quieran aprender. —dije yo con obviedad, haciendo que Emma me fulminara más.

—Ella aprenderá tal como todas la hicieron. —agrego la entrenadora con suavidad.

—En realidad, puedo enseñarles que soy capaz de aprenderme todo en un instante.

Si, no quería presumir, pero era inevitable cuando debía enseñarle a la ilegitima que era mejor que ella.

—¿En serio? —pregunto Hanna confundida junto a las demás jóvenes.

—Es una mentira —exclamo Emma con el ceño fruncido.

—No si puedo probarlo. —articule con una gran sonrisa.

Ella entendió el llamado para intentar humillarme y sonrío con amargura.

—De acuerdo... veamos como puedes hacer esto. —dijo regalándome una mirada retadora y luego se dio la vuelta para tomar puesto.

Las chicas alrededor empezaron a moverse para darle espacio a la moradita, quien me enseñaría a hacer el ridículo, la entrenadora no dijo nada al respecto cuando al parecer le parecía interesante saber si era cierto lo que confirmaba.