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23. ¿AMIGOS O ENEMIGOS?

ASHTON

Comprendía a Susan y me daba cuenta de todo lo que le afectaba al estar acompañada de Giselle, no estaba completamente seguro que fue lo que le había hecho ella, pero tampoco quería cuestionarle por miedo a que se sintiese mal.

Sin embargo, al verla demasiado incomoda con Newman, me estaba convenciendo que no era nada bueno lo que le hacía pasar.

No estaba seguro si ella habría cambiado su forma de tratar a los demás, pero por el momento no se notaba agresiva con Susan, tal vez se debía a que siempre estaba yo con ella; pero no creía que fuese así.

Newman como ya era de costumbre, siempre me esperaba que saliera de mi departamento para ponerse hablar conmigo sin que yo se lo pidiese.

No comprendía como siempre tenía algún tema de que hablar y por el momento sabía hasta como se llamaban todos sus amigos a causa de todo lo que decía de ellos.

La miraba por todos lados.

En el departamento, en el comedor, en la cancha y el domingo se había dedicado a acompañarme en las mañanas para correr.

Sabía que lo hacía por su deseo de llamar mi atención, pero lo único que lograba era que me convenciera más de no gustarme.

Lo único bueno que había salido de esto era darme una buena critica de mi película favorita y aunque me mostraba sorprendido de lo que ella sabía, me tomo más de sorpresa su comentario innecesario que hizo que cualquier agrado de la conversación desapareciera.

No me imaginaba que alguien como ella supiese mucho de películas y de buena música, la miraba más de pop u otra canción que estuviese de moda.

Para mi disgusto me tocaba la clase de legislación y como era de esperarse, Newman se sentó a mi lado decidida a alborotar mi día como siempre.

Esta vez se dedicó a usar su borrado mágico que había comprado en no sé dónde, pero que admiraba mucho.

Me di cuenta que le gustaba comprarse cosas que estoy seguro que no eran necesarias.

Pero como es millonaria suponía que era normal para ellos hacer eso.

El maestro Baker como siempre se mostraba serio a la hora de hablar y ante el extenso tema que estaba dando me di cuenta que haría algo antes que lo dijese y me temía que adivinase.

—Les tengo un gran proyecto.

Acerté de manera decepcionada y al parecer no era el único que no le agradaba la idea cuando mis compañeros alrededor se quejaron entre murmullos.

Hacer proyectos no era algo que me molestase, sino más bien el cómo Baker las organizaba.

—Harán un grupo de cinco para poder hacer esta actividad. —empezó diciendo mientras se arreglaba sus gafas—. No quiero de cuatro o de seis, los he contado a todos y salen perfectamente, así que será mejor que busquen su equipo para tenerlo para la siguiente clase del jueves.

Ese era mi problema.

Llegar hacer algo con un grupo resultaba difícil para llegar a un acuerdo y era por eso que trabajar solo era la mejor opción; pero también sabía que el profesor conocía muy bien lo difícil que era de esa forma, así que suponía que lo hacía para hacernos sufrir.

—El tema es el presupuesto como parte primordial de Legislación —agrego al mismo tiempo que agarraba unas páginas de su escritorio y en seguida se acercó a la primera mesa del salón con sus ojos afilados observando a toda la clase—. Estos son los diez temas que tendrá cada grupo, quiero que todos trabajen por igual con dos temas cada persona del equipo de cinco personas, necesito que sean limpios a la hora de hacer todo porque en la exposición no tendré piedad.