ASHTON
Era lo mejor que podía decir y es que cada palabra era verdadera, no la merecía.
Era un cobarde.
Sin embargo, no tenía opción si quería que las cosas estuviesen en orden por ahora, lo sucedido con Susan me había dejado un mal sabor de boca que no podría quitarlo fácilmente, pues estaba decidido a cumplir mis palabras.
No quería relacionarme con ella hasta que lograse comprender su error y con ello era disculparse con Giselle, se lo debía y no me importaba sino no lo hacía a mi persona.
Me era más importante que Giselle fuese recompensada por haberla juzgado mal, al menos de esa manera.
Pero ahora lo estaba complicando todo, de cierta manera lo hacía cuando mi rechazo hacía ella pensaba que me haría sentir mejor; pero no fue así y no sabía el motivo.
Sentía que estaba mintiendo en algunas cosas mencionadas en mi discurso, pero no podría estar seguro ahora, lo único que sabía es que debía responsabilizarme de mis actos.
Debía ser claro con Giselle para no tener más problemas con respecto a Susan, sus celos me molestaban y aunque estaba enojado con ella, quería al menos hacerle un último favor hasta que lograse ser madura con respecto sus sentimientos y superar todo, mientras tanto, yo trataría de distanciarme.
Aunque en el fondo me doliese.
No había visto a Giselle en el fin de semana y me preocupaba si ella se ha sentido mal por mi rechazo, aunque lo dudaba al ser una persona extrovertida y bastante madura cuando se trataba de entender, la empezaba a conocer más a fondo y eso me mostraba que realmente no estaba satisfecho con mi decisión.
Era lunes, lo que significaba que ahora en la tarde habría un gran partido.
Los Tigres contra las Panteras de la universidad Best Hand, eran bastante buenos, nunca habíamos jugado contra ellos; pero los técnicos daban buenas críticas a ellos.
Quería saber cuál sería el desenlace de este partido.
Salí de mi departamento listo para irme a la universidad, por unos segundos me detuve en medio del pasillo desviando la mirada hacía el departamento de Newman, preguntándome si ya se habrá ido.
Reprimí los labios y respirando hondo seguí mi camino, llegando a las afueras del hotel, por esta vez la moto no la llevaría pues estaba claro que no importaba si ganábamos o perdíamos, fiesta siempre habría y aunque no era la clase de persona que solía divertirse en estas, lograba encajar de cierta forma en medio del silencio.
Llevar mi motocicleta resultaría una molestia para estacionarlo en el gran lugar donde Mark se encargaría de hacer la fiesta, esta vez le tocaba a él por opción propia.
Así que ahora tomaría el autobús.
Para mi alivio, este llego rápidamente, y subiéndome busque los asientos traseros aprovechando que esta un poco solo, al sentarme me acomodé en este y espere con paciencia que el chofer arrancará, sin embargo, en ese momento alguien más se subió, siendo mi sorpresa la aparición de Newman subiendo con una gran sonrisa en sus labios en cuanto sus ojos me encontraron.
En seguida avanzo hasta llegar a mi lado.
—¿Y ese milagro que el quarterback osa tomar el autobús? —preguntó con diversión al mismo tiempo que se sentaba a escasos centímetros de mí.
No pude evitar reír a lo bajo y mirándola con determinación noté un gran cambio en su actitud.
—Pensé que me estabas evitando. —dije sin rodeos, analizando cada expresión de su rostro.
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Perfecta Coincidencia |DISPONIBLE EN FISICO|
RomanceGiselle Newman solo quiere venganza y después de un tiempo creando un plan junto a su amigo Chris para lograr su cometido, ingresaran a una de las universidades más prestigiosas de New York donde se encuentra Susan Hamilton, quien es la causante de...