GISELLE
Me había dado un susto de muerte en cuanto Ashton me tomo del brazo para atraerme a su lado, pero las cosas se salieron de control y ambos salimos de la calle hasta caer en el césped.
El impacto fue doloroso, pero podría afirmar que lo fue más para Ashton, quien hizo que su espalda fuese mi seguro y su mano en mi cabeza evito que me diese un golpe; sin embargo, no pude establecer todo eso al instante al haberme quedado consternada y sin habla por unos segundos que parecieron minutos.
Miré a mi alrededor tratando de descifrar que había pasado con exactitud y al ver al ciclista detenerse para bajarse de la bicicleta e ir hacía nosotros pude comprender gran parte de ello.
Me gire esta vez hacía Ashton quien me estaba observando de manera desconcertada, pero al ver mi rostro se vio el vivo reflejo de la preocupación.
—¿Estas bien? —preguntó con rapidez.
Ni siquiera me había percatado de cómo me encontraba, pero, a decir verdad, no sentí mayor dolor a comparación a la caída, es por eso que asentí segura de mi respuesta.
—¿Y tú? —dije yo al saber que él había recibido el mayor golpe.
Se mostró tranquilo al responder:
—Estoy bien.
Hizo el intento de levantarse mientras yo aún me encontraba encima, así que intente levantarme también; sin embargo, Ashton me tomo de los antebrazos para ayudarme, siendo un acto que no esperaba de su parte.
Y aunque no quise admitirlo, sentí como mi cuerpo tembló por su tacto y mi corazón empezó a palpitar con fuerza sin saber completamente el motivo; pero al verlo preocupado por mi estado, me hizo reconocer que él podría ser sincero al verme con esa mirada.
Nos observamos por unos segundos hasta que...
—¡Por qué rayos no tienen cuidado!
La voz del ciclista hizo que ambos nos giráramos desconcertados, era un hombre mayor con un una mirada enfurecida mientras reclamaba.
—¡No deberían estar en medio de la calle! —siguió diciendo, provocando que le mirase con el ceño fruncido—. ¡Espero que eso les quede de lección para no andar distraídos!
—¿Distraídos? —hable yo con voz elevada—. Oiga señor con todo el respeto que se merece, ¿pero acaso usted es inepto o simplemente finge que lo es?
—¡Cuida tu boca niña o te puedo denunciar por ser una peatona que no respeta las reglas!
Para ese momento no estaba enojada, estaba que hervía del coraje.
—Para su información... —iba a escupir todo mi enojo sin importar que eso se convirtiese en una polémica mucho más grande, pero me vi interrumpida cuando Ashton me tomo del brazo para llamar mi atención.
Inmediatamente mis ojos se toparon con los suyos, siendo su rostro una muestra viva de la neutralidad.
—Déjamelo a mí.
Su voz sonó tranquila, como si tratara que yo también me relajase ante la furia que me cubría todo el cuerpo por las tonterías del señor.
A pesar de ello, no tuve otro remedio que hacer caso a sus palabras cuando tenía el presentimiento que él sería capaz de manejar el asunto, no mejor como yo; pero podría ayudar.
Ashton me soltó, sintiendo como el calor de su mano alrededor de mi brazo se iba enfriando. Se empezó acercar al ciclista quien con mirada fulminante daba a conocer su enojo.
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Perfecta Coincidencia |DISPONIBLE EN FISICO|
RomanceGiselle Newman solo quiere venganza y después de un tiempo creando un plan junto a su amigo Chris para lograr su cometido, ingresaran a una de las universidades más prestigiosas de New York donde se encuentra Susan Hamilton, quien es la causante de...