Gala
Palpo la cama a mi lado sin abrir los ojos, sonrío cuando lo toco, aún no se ha ido de aquí. Tomo su mano y me la llevo a la boca para darle un beso.
—Buenos días— murmuro.
—Hola, prima, ya es hora de que despiertes.
Abro los ojos abruptamente, Sandra está frente a mí sonriendo, suelto su mamo rápidamente.
—Yo también te quiero— me dice.
Me da un beso en la mejilla, luego sale corriendo de la habitación, me rio en silencio por mi metedura de pata, por suerte, Sandra no se ha dado cuenta de nada. Me pongo de espaldas la colchón, me vuelve a doler todo el cuerpo. Tomo mi móvil de la mesita de noche, tengo varias notificaciones de mensajes, pero ahora no quiero responder a nadie, sólo quería ver la hora, las diez de la mañana. Tadeo ya debe haber... Trago grueso, sé que merecían morir, sé que lo merecen si es que aún no están muertos, pero siguen siendo mis padres. Tengo sentimientos en conflicto, por un lado los debería odiar por lo que los dos querían hacerme, venderme como si fuera un objeto, debería odiar a mi padre por haber intentado violarme, por golpearme. No puedo hacerlo, simplemente no puedo, me han cuidado durante quince años, no han sido las mejores personas del mundo, puedo admitir eso, dejaron que el dinero y las cosas materiales ocuparan el primer lugar en sus vidas, pero, definitivamente, yo no estaba en último lugar. Nunca sentí que no me quisieran hasta ayer, cuando mi primo Mario descubrió los planes que tenían para mi futuro. ¿Por qué no puedo tan sólo odiarlos? Las lágrimas caen por mis sienes, un sollozo me atraviesa el pecho, me cubro la cara con las manos.
—Mamita, ¿por qué lloras?
Me limpio las lágrimas rápido al escuchar la voz de mi primo.
—No es nada— digo de forma apresurada.
Mi primo se sienta a mi lado en el borde de la cama. Me cubro con la manta un poco más, estoy desnuda.
—¿Qué te pasa?
—Me duele— lloro.
—¿Los golpes?
Al negar con la cabeza, mis lágrimas salen disparadas.
—Mis padres, sé que ya deben estar muertos, ¿me equivoco?
Mario agacha la cabeza.
—No— dice bajito— Era necesario hacerlo.
—Lo sé, pero no puedo evitar que me duela.
—No está mal sentirse así, eran tus padres hasta hace un día.
—¿Cuando...?— un nudo en la garganta me impide terminar la pregunta.
—¿Quieres saber cuándo será el funeral?
Asiento con la cabeza.
—En un mes, fingiremos que hubo una búsqueda de sus cuerpos, que los encontramos y, finalmente, los enteraremos.
—Vale— mi voz sale más débil de lo que pretendía.
—No te avergüences por sentirte triste por la muerte de tus padres, tus sentimientos son tan válidos como los de cualquiera, mamita.
—Te abrazaría, pero anoche me di una ducha fría para los dolores y me quedé desnuda.
Mi primo sonríe.
—Voy a ordenarle a Carmen que te traiga el desayuno, no voy a estar por aquí, tengo que arreglar los papeles con el director del colegio para ti y hablar con mi abogado.
—Está bien.
—Gala, ahora eres mi responsabilidad, mi hermana. Cualquier cosa que necesites pídemela, ropa, un móvil nuevo, zapatos, cualquier cosa, ¿de acuerdo?
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EL PRINCIPITO #1.6 [Disponible en físico]
Romance©️Historia registrada en el Registro de la Propiedad Intelectual de España. Cualquier tipo de plagio será denunciado ante la ley. El registro protege la historia de forma internacional. ------------------------------- Todos los derechos reservados...