EL PRINCIPITO #1.6 [Disponible en físico]

VEINTICINCO

Tadeo

Se fue, Gala se marchó hace tres meses. Ha estado enviándome mensajes sobre los avances del embarazo, sigo sin sentir nada por ese niño, mi hijo. Es un niño, ella me lo dijo, me envió una ecografía en 5D donde se apreciaba cada rasgo del niño, jodidamente tenía que parecerse a mí y no a su madre. Tiene mi nariz, la forma de la boca y los ojos, incluso sus cejas son iguales a las mías. En cada mensaje que Gala me ha enviado termina diciéndome que me ama, he intentado dejar a un lado mis estúpidos pensamientos, hice una maleta para ir a por Gala y mi hijo, pero fui incapaz de tomar un vuelo a Los Ángeles, la maleta sigue en mi habitación con toda la ropa dentro, esperando a que un día decida sacar la cabeza de mi culo e ir finalmente a por ellos. Comencé terapia hace una semana, por mi propio bien tuve que hacerlo, Gala se sintió muy orgullosa de mí cuando se lo conté. Mi móvil suena en la mesita de noche, lo tomo y miro la pantalla, es Gala queriendo hacer una videollamada, deslizo el dedo en la pantalla para aceptarla. Su precioso rostro me hace sonreír de forma involuntaria.

—Hola— me saluda.

—Hola.

—¿Cómo estás?

—Te extraño.

—Y yo a ti, hoy tenía la ecografía de las treinta semanas, el bebé está muy bien, la obstetra dice que es muy grande.

—Me alegro de que esté sano. ¿Ya tienes un nombre?

—No, sigo pensando en muchos, pero ninguno me convence.

—Entiendo.

—¿Cuál te gusta a ti?

—No lo sé, no he pensado en ninguno, Gala.

Gala coge un libro enorme, leo la portada rápidamente, "Mil nombres para tu hijo y su significado". Abre el libro por la mitad.

—¿Te gusta Ander? Es una variante de Andrés.

—Es feo.

Gala sonríe.

—A ver— murmura cambiando de página— ¿Y qué te parece Conan? Es de origen gaélico y significa "gran señor".

—Conan... Como el bárbaro.

—Bien, ese no, tampoco queda bien con el apellido Reyes.

Pasa varias páginas, se detiene leyendo algunos nombres en silencio. No puedo dejar de mirarla, está muy hermosa, su piel parece más suave que antes.

—¿Y Dante?— me pregunta— Es de origen latino, hombre de carácter firme, eso significa.

Gala interpreta mi silencio como un no. Me lee varios nombres más, hace una mueva cuando ninguno le gusta, vuelve a la letra a.

—Ese— la interrumpo.

—¿Cuál?

—Aslan.

—Aslan Reyes.

Mi hijo, Aslan Reyes, suena bien, suena imponente. La gente que escuche su nombre lo temerá, lo respetarán.

—Me gusta mucho— dice Gala.

De pronto se levanta, me muestra su abultado vientre mientras se lo frota con las manos y pronuncia el nombre del bebé. Un calambre me atraviesa el corazón, siento un leve pinchazo. Acaricio su vientre a través de la pantalla.

—Aslan— murmuro en voz alta.

Escucho a un hombre llamar a Gala, ella se baja la camiseta.

—¿Quieres ir a comer a algún lado?— le pregunta él en inglés.