VEINTICUATRO

3.3K 257 19
                                    

Gala

Las náuseas se agolpan en mi garganta, no puedo resistirme por mucho más tiempo y no sé qué voy a hacer con este problema. ¿Cómo voy a decirle a Tadeo que estoy embarazada? Se suponía que esto no debía pasar, nos cuidábamos, fui estricta con la toma de la píldora, cada día y siempre a la misma hora. No entiendo qué ha pasado.

Me tapo la boca con la mano, no puedo más, es inútil resistirse. Salgo corriendo hacia el baño de mi habitación, me arrodillo junto al inodoro y dejo que todo salga, el vómito es imparable. Llevo tres meses ocultando todos mis síntomas, ni siquiera sé cómo he conseguido que nadie se dé cuenta, ni siquiera Tadeo lo ha hecho. Me pongo de pie tambaleándome por el mareo. Cuando me giro lo veo ahí, observándome desde la puerta del baño.

—¿Estás enferma otra vez?

Aunque mi boca se mueve, no sale nada, no soy capaz de emitir ni un sólo sonido. ¿Y ahora qué hago? Creí que estaba en el hospital con nuestra madre.

—¿Cuándo has vuelto?— le pregunto.

—Gala, contesta a mi pregunta. ¿Vuelves a sentirte mal? James dijo que no tendrías otra recaída.

—Estoy bien, creo que algo de lo que he comido me ha sentado mal.

Tadeo estrecha los ojos.

—¿Por qué me mientes?

A veces olvido lo fácil que es para él detectar las mentiras, sobre todo cuando vienen de mí.

—No te enfades— suplico— Yo... Me asusté, no sabía cómo decírtelo, no ha sido algo planeado.

—Gala, al grano.

—Estoy embarazada, creo que de tres meses.

El gesto extraño en la cara de Tadeo me confunde, no puedo descifrar su reacción.

—¿Embarazada?

Asiento levemente.

—Te estabas tomando las píldoras— hay una acusación en su tono.

Aprieto los puños, me está enfadando.

—No ha sido a propósito— espeto.

—¿No? ¿Estás segura de eso? Vi el deseo en tus ojos cuando mirabas las barrigas de Sofía y mamá.

Juro que no estaba pensando cuando mi puño viajó a toda velocidad hacia la mejilla de Tadeo, simplemente ocurrió.

—¿Qué coño haces?— pregunta confundido.

—Eres un imbécil y te lo merecías, pero lo siento, no debería haberlo hecho.

—Gala— gruñe— No vas a quedarte con ese niño, te vas a deshacer de él.

—¿Crees que yo lo quiero? Te estoy diciendo que esto ha pasado sin querer, jodido malparido.

—Bien, pues vístete, vamos a ir a ver a James para que nos dé una solución.

Pongo mi mano sobre mi vientre.

—No va a nacer— gruñe Tadeo— No lo quiero cerca de Luna, Adrián o Samuel.

Mi ira vuelve más fuerte que antes.

—¿Qué estás insinuando?

—Que ese niño o niña estará tan enfermo como yo.

—¡No estás enfermo!

Tadeo me agarra de los brazos.

—¿No estoy enfermo? ¿Y cómo explicas el niño que crece en tu vientre, prima?

EL PRINCIPITO #1.6 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora