EL PRINCIPITO #1.6 [Disponible en físico]

QUINCE

Gala

Me cubre con una manta desde la cabeza hasta los pies, ha entrado en mi habitación a hurtadillas para ver qué bikini me iba a poner. Se niega a que salga con el que me he puesto, es un simple bikini verde caqui de dos piezas, la parte de abajo tiene cordones a los lados y la de arriba es en forma de triángulo, va atada en el cuello.

—No vas a salir así— gruñe— Ese Pedro te va a mirar las tetas y lo voy a matar.

Me aguanto la risa, no le he dicho que Pedro es gay y Sandra tampoco lo ha hecho, es divertido verlo celoso. Me quito la manta de encima, los ojos de Tadeo viajan por mi cuerpo.

—Déjame follarte— dice.

—Y arriesgarnos a que Sandra entre en la habitación, ¿verdad? Te has vuelto loco.

Tadeo me rodea con sus brazos, me atrapa entre ellos.

—Si te follo olerás a mí, ese Pedro sabrá que tienes dueño.

—¿Eres un perro? Si lo prefieres puedes orinarme encima.

—Lo haré si es necesario, tú eres mía.

Le doy un beso rápido en los labios.

—Suéltame, por favor, Pedro y las amigas de Sandra deben haber llegado ya.

—Te suelto, pero como te ponga ojitos te juro que voy a teñir el agua de la piscina de rojo.

—Vale, ahora suéltame.

Tadeo me libera de su agarre mientras protesta, agarro el short vaquero de mi cama y me lo pongo.

—Debería haberte follado— murmura.

—Siempre puedes aliviarte tú solo.

Paso por al lado de Tadeo, le dedico una sonrisa pícara, aprieta la mandíbula hasta que el músculo le hace un tic. Camina detrás de mí murmurando amenazas y maldiciendo, sigo el sonido de la música hacia el jardín, Sandra y sus amigas se ríen de algo que ha dicho Pedro.

—¡Por fin!— chilla él— Estas niñas son unas cabezas locas.

Finge estar disgustado.

—Oh pobrecito— le digo— Será porque tú no eres así, ¿verdad?

Pedro sonríe y me guiña un ojo.

—Soy la más loca, cariño— contesta.

—Hemos decidido que Pedro ya no se va a llamar así— dice mi prima.

—¿Y cómo lo vais a llamar?— le pregunto sentándome a su lado.

—Peter, es más chic— contesta ella.

—¿Chic?— le pregunto.

—Eso ha dicho él, yo no sé qué significa.

Mi pecho vibra por la risa, le doy un beso en la mejilla a mi prima.

—¡Vete de aquí pesado!— le grita a Tadeo cuando lo ve salir de la casa.

—Os estoy vigilando.

La mandíbula de Pedro, alias Peter, se desencaja, mira a Tadeo de arriba a abajo. Se ha quitado el traje y se ha puesto un bañador de pantalón corto. Tadeo se sienta al lado de Fer, la empuja con su brazo con suavidad, ella se ríe. Pedro se sienta a mi lado.

—Tu primo está como para comérselo— me susurra.

—Es un idiota.

—Cariño, con esa cara y ese cuerpo puede permitírselo.

Niego con la cabeza. Pedro comienza a contarme cosas sobre su ex, más bien se queja de no quería salir del armario al principio y cuando salió le fue infiel varias veces con chicos del colegio, no me da nombres porque, supuestamente, son chicos heteros. Mis ojos se desvían de Pedro como si fueran atraídos hacia la puerta de casa y, cuando lo veo, sé por qué. Luisa sale acompañada de Emiliano y varios amigos suyos, incluida la zorra de Valeria.