capítulo cuatro

7.5K 278 19
                                    

MADRID | Plex

LA HABÍA CAGADO PERO BIEN.

Adoptar una capibara, ¿enserio Daniel?

¿Qué sería lo siguiente, comprar un elefante?

Puto gilipollas.

Desde que había subido el vídeo y causado la mayor polémica de mi vida, el tema de la capibara no me había dejado dormir.

Estaba todo el día metido en mi cuarto, carcomido por mi culpa y sin ganas de hacer nada, ni de grabar, ni de comer, ni siquiera de hablar con mis amigos. me estaba afectando demasiado, pero en parte me lo merecía.

Cuando Frank subió ese vídeo, lejos de tomármelo a mal o como una ofensa, lo usé como aprendizaje. Todo lo que Frank decía sobre mi era verdad, era un cerdo y tenía razón, así que cuando se puso en contacto conmigo para ofrecerme ir a su santuario no pude estar más agradecido con la vida por darme esta segunda oportunidad.

Pasar unos días en Tailandia me haría bien.

Viendo a los animales como se merecen, libres y corriendo por aquí y por allí.

No solo la había cagado por mí, sino por todos los niños que me seguían y estaban influenciados por mis vídeos y opiniones.

Quizás no era demasiado tarde para salvarlo todo, quizás si documentaba mi experiencia al máximo para que lo vieran mis seguidores muchos de ellos recapacitarían también...

No se, después de que Frank subiera el vídeo estuve hablando unos días con su sobrina, Maya.

Fue bastante raro, sabía que Frank tenía hijos pero nunca supe que también tenía una sobrina, y que además era futbolista.

Me tomé la libertad de cotillear sus redes sociales para conocerla mejor, y me enteré de que tenía 17 años, vivía en birmingham desde que jugaba al fútbol y que había fichado por el Chelsea, porque lo ponía en su biografía junto al eslogan de Frank, "sin demanda no hay negocio".

La chica me pareció muy maja y cordial, y viendo sus fotos me di cuenta de que también era muy guapa, guapísima, de hecho.

Y es que la cosas como son.

Con su pelo largo, sus ojos verdes, sus labios gruesos, y su cara pecosa, Maya era jodidamente atractiva.

—¿Qué haces?— me preguntó Peacky.

Peacky era mi vecino. De tanto llamarlo así a veces no me acuerdo de su nombre real. Tenía como 15 años y por algún motivo se juntaba con mis amigos y conmigo, así que ya era rutina que estuviera en casa.

Nos encontrábamos sentados en el sofá del comedor mientras veíamos la tele y otros preparaban la cena. Maldije en mi interior pero intenté disimular.

—Hablando con la sobrina de Frank. Es la que va a arreglarlo todo. ¿Vosotros sabíais que frank tenía una sobrina futbolista?— mis amigos negaron.

—A ver, a ver— Peacky me cogió el móvil de las manos y empezó a mirar su perfil.

—¿Pero qué haces Peacky?— dije cuando me quitó el móvil.

Me daba una rabia eso.

Enseguida se le unieron al crío Archie, Jopa y Adri.

—Ala, ala, ¿seguro que es esta?— preguntó el británico.

—Bro.— dijo Adri y empezó a reírse.

Enseguida supe que si algún día se conocían, Adri cerca de Maya sería un peligro.

TAILANDIA, YOSOYPLEX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora