vi. madagascar

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SUDÁFRICA | Dani

—JODER— SUSURRÉ EN CUANTO vi el problema que estaba teniendo, que momento más oportuno.

Me encontraba en el ducha, bueno, saliendo de la ducha.

Habíamos llegado hacía un par de horas de cenar, y estaban todos durmiendo menos Adri y Borja, uno porque me estaba editando el vlog de hoy, y el otro porque se encontraba fatal y sentía que si se dormía mañana no se iba a despertar.

Bueno, no se iba a despertar nunca más, directamente.

Tenía el móvil en la mano, y en la pantalla la foto que había subido Maya. Dios mío, ¿porqué mierda tenía que ser tan perfecta? Le tenía unas ganas increíbles, y mi cuerpo lo sabía.

Me senté en la vater con la respiración a mil por hora. Cuando conseguí calarme, me armé de valor y salí del baño como si nada hubiera pasado.

Me encontré a Adri editando en mi cama con ella dormida al lado. Borja no estaba.

—¿Y Borja?

—Se ha ido a su habitación con Jopa.— me explicó Adri sacándose un casco de la oreja.

—¿Está mejor?

—No lo se tío, no tenía mucha buena cara.

—Joder...— murmuré mirando al suelo.

Día 6 y Borja ya estaba malo. De veras esperaba que se recuperara, todos sabíamos que si abandonaba la vuelta al mundo no sería lo mismo. Nada sería lo mismo sin él.

—¿Y esta? ¿Ya está dormida?— la señalé.

Estaba de lado, dándonos la espalda y durmiendo plácidamente mirando hacia la pared.

—Bueno, me he puesto a contarla una historia de las mías y al final se ha dormido.

—Pf pues normal, si es que tus historias son aburridísimas Adri.

—Anda cállate Plex.— me dio un auricular.

Me senté a su lado con cuidado de no despertar a Maya, y observé como Adri editaba el vídeo. Estuvimos en silencio unos minutos, hasta que mi amigo paró de editar y me miró de una forma acusadora.

—¿Qué?— me sentí amenazado.

—¿Me vas a contar ya que es lo que os traéis entre manos?

—¿Qué?

—Sí, no te hagas el loco que he visto como la miras, Plex, cuéntamelo antes de que empiece a hacerme yo mis propias ideas.

—Sh, ¿te quieres callar? Que vas a despertarla.

—Cuéntamelo. Ya.— me insistió en un susurro.

—Que no pasa nada entre nosotros, Adri, es mi amiga y ya está.

—Sí, tu amiga pero seguro que estás pensando en comerle la boca a cada rato. O peor, ponerla a cuatro por ahí, en una esquina.

—Adri no seas bruto y cállate, bro, como te esté escuchando se puede liar gorda.— le amenacé sin paciencia.

—¿Ósea que no me lo niegas?

TAILANDIA, YOSOYPLEX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora