TAILANDIA, YOSOYPLEX.

iv. marrakech parte ii

MARRAKECH | Maya

—SIII YA VOY.— respondí.

No me había dado cuenta de que llevaba encerrada en el baño por lo menos quince minutos, pero es que me había bajado la regla, y había entrado en pánico.

¿Recordáis cuando mi madre me preguntó si llevaba encima compresas, documentos, y de más, y yo le dije que si?

Bueno.

Pues parece ser que en realidad no llevaba compresas, porque me estaba saliendo sangre de la vagina desde hacía veinte minutos y no sabía cómo pararlo.

Me puse a ver TikTok sentada en el vater mientras reflexionaba sobre qué hacer pero no se me ocurría nada, así que al final vino Plex a socorrerme mientras yo me moría de vergüenza.

—¿Dani?

—Sí, soy yo, ¿qué te pasa? ¿Todo bien?

—Eemmm.— hice un apaño con unos trozos de papel higiénico y volví a ponerme el vestido como pude, que encima era blanco. Fui hacia la puerta y la abrí un poco, dejándome ver solo la cabeza— ¿Podrías acompañarme a la farmacia?

—¿Ahora?— preguntó extrañado— ¿Qué necesitas?

—Compresas.— solté sin rodeos.

—Ahhh.— cayó— Vale, Claro.— se encogió de hombros— ¿Pero sabes donde hay una?

—Emmm me ha parecido ver una cuando veníamos, vamos a ver.

—Vale, pues vamos.

Dani avisó a los demás de que saldríamos un momento, y les prometió que no tardaríamos nada. Bajamos hasta recepción en silencio, y cuando cruzamos la primera calle vi que me sonreía.

—¿Qué?— le devolví la sonrisa instintivamente.

—Nada, Maya, que hace meses que no te veo y aún me parece increíble que hayas aceptado a venir a dar la vuelta al mundo conmigo.

—Ya, bueno, la vida da muchas vueltas, ¿no?— no me despareció la sonrisa de la cara, y él asintió— Bueno, cuéntame, ¿qué has hecho estos meses que has estado sin mi? ¿Algo interesante que contar?

Me fijé en él. Andaba con las manos en los bolsillos, aunque las sacaba a menudo para colocarse bien la gorra, que aunque era de noche, la llevaba del revés y eso le daba un toque a su outfit.

—Pfff pues no mucho la verdad. Volví a casa y bueno, no se si habrás visto mis vídeos, pero básicamente lo único que hice en esos meses fue regalarle un coche a mi padre y planear esto de la vuelta al mundo.

Claro que he visto tus vídeos, sigo cada paso que das en secreto desde que te fuiste. Pensé.

Dani no había abandonado mi mente en ningún momento. Lo veía en YouTube, al entrar en instagram, por TikTok, y como no, lo veía sobre todo en mi cabeza. Las cosas quedaron confusas entre nosotros, nos confesamos algunas cosas en Tailandia y nos liamos, pero más allá de eso y una posible atracción física, ninguno le dejó claro al otro cuáles eran sus intenciones, y yo seguía confundida desde la última vez que le vi.