Sueños sobre la almohada
La didáctica verbal de una noche fantasiosa, me llevó a escalar un sueño sobre la almohada, dibujando un arco iris cuya acústica sinfónica emitía un acorde mayor entre las paredes de la habitación tanto así que calaba en mis tuétanos hasta fragmentar efímeras ideas de dormir entre las ventanas del firmamento.
Pero yace entre las vacaciones de verano, un sol que no deja de dar luz, un reflejo de vida entre los jardines del firmamento, una esperanza fotosintética que impulsa la fuerza del amor.
El silencio de lo complejo
Se oyó una vez mas, el lenguaje de lo complejo, el silencio del barullo que ensordece el paisaje y lo convierte en pintura de colores, brisas y primores.
Avísame cuando el atardecer sea febril y los días de abril sean el arco iris en vuestros firmamentos, cargados de nubes que gimotean por vuestra partida, ahondado en la latitud de tus coordenadas, que verifican lo lejos de tu destino.
Si mi hipótesis hubiera sido la correcta, vuestra solución a la ecuación compleja hubiese sido la ideal, pero yace en los papeles del cielo la misiva que rubriqué, si mi hipótesis hubiera sido la correcta no hubiéramos derivado lo integrado.
Sobre el otoño de la ciudad, el sol no se rinde a fenecer y el frío del invierno se oculta tras la pared de la calle, tal vez mañana vuelva a salir el sol como aquella noche entre las luces de la ciudad...tal vez si, tal vez no.